Por: Virgilio Lora
Santo Domingo.–La vida y obra del doctor Heriberto Pieter, fundador del Instituto Contra el Cáncer que hoy lleva su nombre, constituye uno de los legados médicos y filantrópicos más trascendentales de la República Dominicana.
Nacido en Santo Domingo el 16 de marzo de 1884, Pieter fue médico cirujano, profesor universitario, científico y humanista. Hijo de Gerardo Pieter y Carmelita Bennett, su historia familiar estuvo marcada por profundas adversidades, incluyendo antepasados que padecieron la esclavitud, una realidad que forjó en él un fuerte sentido de justicia social y compromiso humano.
A fuerza de trabajo y perseverancia, Heriberto Pieter laboró inicialmente en una imprenta hasta lograr ingresar al entonces Instituto Profesional, donde se graduó como Médico Cirujano. Sobre la aprobación de su tesis de grado, dejó plasmada una reflexión que evidenció las barreras que logró superar y su orgullo por abrir camino a futuras generaciones de dominicanos en la educación superior.
Entre 1910 y 1920, ejerció la medicina en comunidades como Nagua, Samaná y San Francisco de Macorís, experiencia que amplió su vocación de servicio. Posteriormente viajó a Europa, donde realizó estudios de Puericultura en la Universidad de Berlín y trabajó en la sala de Pediatría del Hospital Trousseau, en Francia. Allí obtuvo el título de Doctor en Medicina y desarrolló su tesis sobre el cáncer de pulmón, tema al que dedicaría gran parte de su vida profesional.
En 1923 inició formalmente su lucha contra el cáncer, publicando numerosos artículos científicos en revistas especializadas y en periódicos nacionales como La Nación y Listín Diario. Dos décadas más tarde, en 1943, propuso la construcción del Instituto Oncológico, aportando de sus propios ahorros la suma de 40 mil pesos, destinados originalmente a su subsistencia, como contribución inicial para levantar la obra.
Además de su labor médica, Pieter se destacó como profesor universitario, impartiendo cátedras de Anatomía Patológica, Química Médica, Bacteriología e Historia de la Medicina, inculcando a sus estudiantes la importancia del pensamiento crítico y el conocimiento histórico.
Hombre de vasta cultura, también fue musicólogo y fotógrafo, siendo uno de los primeros en presentar exposiciones fotográficas a color en Santo Domingo. Compartió aulas con figuras destacadas de la medicina dominicana como Luis Eduardo Aybar y Abel González Quezada, pertenecientes a una generación de gran impacto en el país.
Su vocación filantrópica trascendió la oncología. Fundó la casa socorro “El Milagro de la Caridad”, en el Santo Cerro de La Vega, destinada a niñas huérfanas, y durante el paso del ciclón San Zenón habilitó un consultorio en su residencia para atender gratuitamente a personas afectadas por el tétano.
Autor del libro “Apuntes de Cancerología”, editado en varias ocasiones, Heriberto Pieter recibió numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos Oficial de la Legión de Honor de Francia, Palmas Académicas, Comendador de la Orden Juan Pablo Duarte, miembro de The Royal Society of Medicine de Londres y la Medalla de Oro de la Academia Tiberina, en Roma.
El doctor Heriberto Pieter falleció en Santo Domingo el 20 de mayo de 1972, a los 88 años, dejando un legado que aún hoy representa un ejemplo de compromiso científico, vocación de servicio y amor por la vida humana.