El tenista Novak Djokovic perdió su último intento judicial para quedarse en Australia y fue deportado este domingo del país en un vuelo con destino a Dubái.
Tres jueces del Tribunal Federal de Australia desestimaron por unanimidad su apelación, dándole la razón al gobierno australiano para cancelarle la visa al serbio, que había ingresado al país sin vacunarse contra la covid-19.
El gobierno argumentó que el deportista de 34 años representaba una amenaza para la salud pública.
Mientras se preparaba para marcharse, el organismo rector del tenis masculino, la ATP, dijo que el fallo del tribunal este domingo marca el final de “una serie de eventos muy lamentables”.
Durante la audiencia judicial de este 16 de enero, la defensa de Djokovic argumentó sin éxito que los motivos dados por el gobierno para deportarle eran “inválidos e ilógicos”.
Djokovic se había estado hospedando en un hotel de detención de inmigrantes en Melbourne, el mismo lugar al que lo llevaron después de que le revocaran la visa por primera vez tras su llegada al país el 6 de enero.
Debía jugar su primer partido este lunes, pero ahora no podrá defender su título del Abierto de Australia en Melbourne y conquistar su título número 21 de Grand Slam, un récord a batir cuyo único aspirante es ahora el español Rafael Nadal.
“Extremadamente decepcionado”
Djokovic ha dicho que está “extremadamente decepcionado”, pero respeta la decisión, tomada en la víspera de su primer partido.
“Cooperaré con las autoridades para mi salida del país”, había dicho el domingo en un comunicado.
Los jueces han dicho que explicarán su razonamiento en una fecha posterior.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, aplaudió “la decisión de mantener nuestras fronteras fuertes y mantener seguros a los australianos”.
“Los australianos han hecho muchos sacrificios durante esta pandemia y con razón esperan que se proteja el resultado de esos sacrificios”, dijo el político.
Un grupo de partidarios del tenista serbio que aguardaban a las puertas de la sala del tribunal quedaron en silencio cuando se anunció la decisión de su deportación. Uno de ellos le dijo a la BBC que su verano estaría “vacío” sin el tenista de 34 años compitiendo en Melbourne.
Djokovic presentó el caso judicial después de que el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, usara sus poderes ministeriales para cancelar su visa, argumentando que la presencia en el país del deportista podría avivar el sentimiento antivacunas.
Era la segunda vez que se revocaba su visa, después de que otro juez anulara una primera cancelación por no cumplir las reglas de entrada al país establecidas con la pandemia.
“Nadie está por encima de la ley”
La decisión del domingo marca el final de una polémica trama de 10 días sobre la visa australiana de Djokovic.
Ha habido mucha conmoción pública en Australia por el intento del jugador de ingresar al país sin vacunarse contra la covid.
El gobierno federal ha dicho repetidamente que las personas deben cumplir con las estrictas leyes vigentes para hacer frente a la pandemia y que “nadie está por encima de la ley”.
Djokovic, quien actualmente es el tenista número uno del mundo, recibió originalmente una exención médica para ingresar en Australia por dos paneles de salud independientes: uno gestionado por Tennis Australia, el otro, por el gobierno estatal de Victoria.
El motivo de esa exención, según sus abogados, fue que había dado positivo por coronavirus a mediados de diciembre.
Sin embargo, la Fuerza Fronteriza de Australia lo detuvo el 5 de enero por no cumplir con los requisitos federales del coronavirus.
Posteriormente, un juez anuló esa decisión, pero el gobierno intervino el viernes pasado para revocar la visa nuevamente, diciendo que hacerlo era de interés público.
Una batalla política
Pese a que Djokovic no está vacunado contra el covid-19, no ha promovido activamente la desinformación contra las vacunas.
Sin embargo, los antivacunas australianos han estado usando el hashtag #IStandWithDjokovic (yo apoyo a Djokovic) en las redes sociales.
La batalla judicial por la visa de Djokovic se ha convertido también en una disputa política en el país.
En su declaración del domingo, Morrison dijo que el gobierno estaba “preparado para tomar las decisiones y acciones necesarias para proteger la integridad de nuestras fronteras”.
Por otra parte, la opositora australiana Kristina Keneally dijo que Morrison se había convertido en un “hazmerreír” al manejar mal el caso de Djokovic, y cuestionó por qué al jugador no vacunado se le otorgó una visa en primer lugar.
Morrison y su gobierno también enfrentaron los comentarios negativos del presidente serbio, Aleksandar Vucic.
“Él [Djokovic] llegó a Australia con una exención médica y luego lo trataron mal durante 10 días. ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué hicieron una cacería de brujas así contra él? Esto es algo que nadie puede entender”, dijo el político serbio.
La estrella del tenis británico Andy Murray, quien conoce a Djokovic desde que eran niños y ha competido contra él por los premios más importantes de ese deporte, dijo que la situación “no era buena” para nadie.
“Parece que todo esto sucedió en el último momento y por eso se convirtió en un desastre”, le dijo Murray a la BBC.
En su declaración del domingo, Djokovic dijo que estaba “incómodo” con la atención puesta en él por la revocación de la visa.
“Espero que ahora todos podamos concentrarnos en el juego y el torneo que amo”, dijo.
El italiano Salvatore Caruso, que ocupa el puesto 150 en el ranking mundial, reemplazará a Djokovic en su partido contra el serbio Miomir Kecmanovic de este lunes.