La Semana Santa, independientemente del fuerte valor religioso que tiene, constituye el primer feriado del año donde el Gobierno invierte recursos incuantificables y de toda índole, incluso en campañas disuasivas y preventivas, para preservar vidas humanas.
En esta oportunidad los operativos se hacen más visibles. Hay una conexión nacional para preservar vidas en toda la estructura que se convierte en receptora del turismo interno.
Estamos hablando del refuerzo en la vigilancia y operativos preventivos o de apoyo de emergencia en playas, ríos, balnearios, piscinas públicas, y las privadas, que correspondan a instalaciones hoteleras.
Las ciudades y áreas suburbanas no quedarán desprotegidas, ya que la Policía Nacional activó lo que denomina “protocolo de distribución y desplazamiento” de más de 26 mil agentes policiales en todo el territorio nacional, atentos a la migración masiva del asueto de fin de semana.
Todo está dispuesto para que la ciudadanía que se desplace tenga protección en carretera hasta llegar a su lugar de destino.
Sin embargo, no hay mejor prevención que la que pueda proveerse cada vacacionista, tanto para sí mismo como a sus familiares. Sobre todo si se desplaza en vehículo.
En sentido general se recomienda que la población acate con absoluta obediencia las medidas de prevención que emanen del Centro de Operaciones de Emergencias. Confiamos que así será.
