
Existen en nuestra ciudad colonial otras plazas, algunas de menor dimensión, inmensas otras, cuyo origen es reciente y que sin embargo adornan, sirven de recreación y forman parte integral del tejido urbano de la ciudad cinco veces centenaria.
Todas estas plazas contribuyen al solaz y esparcimiento de los vecinos y de los visitantes, sobre todo en horas vespertina.
Frente al palacio de las Casas Reales se encuentra la plaza del Reloj de Sol, es un lugar idóneo para reunirse al atardecer a recibir la fresca brisa nocturna y observar el río que transcurre manso a sus pies. Actualmente sirve de escenario a una exhibición de esculturas en hierro.
