Cada vez que llueve, por la crecida del río se ven afectados profesores, estudiantes y suplidores del almuerzo escolar, además de trabajadores y agricultores que no tienen otra ruta para llegar a su destino.
SANTO DOMINGO.-La imagen no se trata de una inundación repentina ocurrida por un fuerte aguacero. Se trata de la situación permanente que viven los residentes del distrito municipal Mamá Tingó que tienen que hacer malabares para poder cruzar al otro lado del río Guanuma.
Cuando llueve hay actividades que quedan anuladas porque las personas que deben desplazarse, temen exponer sus vidas cruzando por el crecido y poderoso río que comunica a ese distrito municipal con el municipio de Yamasá y otras comunidades de la provincia Monte Plata.
Es por esa razón que los afectados solicitan al Ministerio de Obras Públicas la construcción de un puente que les permita transitar por el lugar sin riesgos.
“Aquí la situación es muy difícil con ese río y más cuando llueve y crece porque nadie puede pasar. Hace tiempo que se ha solicitado por diferentes vías la construcción de un puente, pero parece que nadie se interesa por esto”, manifestó Máximo de Paula.
Cada vez que llueve, por la crecida del río se ven afectados profesores, estudiantes y suplidores del almuerzo escolar, además de trabajadores y agricultores que no tienen otra ruta para llegar a su destino.
Los únicos beneficiados por esa situación son algunos lugareños que se dedican a cruzar de un lado a otro a quienes no están dispuestos a mojarse los pies y requieran el “transporte” por el que tienen que pagar cincuenta pesos por persona, si se trata de una persona y un motor la tarifa es de cien pesos.
Pero no solo estos constituyen la clientela, sino que también los propietarios de vehículos que se arriesgan a cruzar, deben pagar hasta 300 pesos cuando su auto se queda estancado en la arena o se apaga por el flujo de agua.