Discurso sobre Haití

Discurso sobre Haití

Discurso sobre Haití

Cualquier mensaje difuso proveniente de una autoridad pública con relación a la obligatoriedad de implementar una política de estricto control migratorio va en la vía errada dada la explosiva situación que vive Haití.

Los haitianos viven una situación calamitosa que los incentiva como nunca a huir de su territorio, lo que de por sí pone una enorme presión sobre la República Dominicana, desbordada desde hace muchos años en su capacidad para captar una migración tan empobrecida.

Ese fenómeno tiene un impacto empobrecedor sobre República Dominicana y deteriora aún más los ya precarios servicios públicos que el Gobierno está en capacidad de ofrecer.

Nótese que hablamos expresamente de “migración haitiana” sabiendo que hay migrantes de otras nacionalidades, pero otra es residual frente a la que representa el verdadero problema para esta nación.

Un gobierno responsable y estratégico debe endurecer su discurso de control migratorio y de la seguridad fronteriza para así desincentivar que el territorio dominicano se convierta en el refugio único de los haitianos que huyen de la calamidad que vive su país.

La intención es que otras naciones asuman su cuota de solidaridad con Haití e intervengan de manera eficaz en la búsqueda de solución de la crisis haitiana.

Esa estrategia debe ser entendida por todos los funcionarios públicos.
Ahora bien, también debe sacarse del discurso público cualquier narrativa que estigmatice a los inmigrantes haitianos.

Hay que verlos como lo que realmente son, víctimas de una descomposición extrema de su país y con una necesidad imperiosa de sobrevivir que requiere la ayuda de una comunidad internacional que se ha hecho la desentendida.

A las autoridades les corresponde proteger nuestras fronteras, evitar la inmigración ilegal, hacer cumplir las leyes migratorias, pero al ciudadano le toca mostrar compasión y bondad frente a aquel que sufre.
Haití no puede solo. Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea tienen la obligación humana y moral de salir en su auxilio.
República Dominicana debe enviar con claridad el mensaje de que ya no puede más.



El Día

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