El mensaje del presidente ha presentado un panorama realista de lo que en verdad es República Dominicana e incluso refleja cómo nos ven quienes interactúan con el país desde el exterior, incluyendo a los más reputados organismos internacionales.
Su mensaje a la Nación fue un franco desafío al pesimismo que arrastra el pueblo dominicano desde que empezó a definirse en los tiempos de la colonia.
El presidente, que no podrá intentar reelegirse nunca más, ha lanzado varios retos colectivos como son eliminar el hambre, subir al 50 % la cantidad de la población calificada como clase media y que los ingresos per cápita lleguen a los 15 mil dólares anuales.
Con una economía que no para de crecer, esas metas son perfectamente alcanzables al 2028, pero solo, y solo si, el país lo asume como un desafío nacional.
El país ha logrado superar momentos de grandes crisis globales y ha mantenido un ritmo de crecimiento superior a la mayoría de los países de América Latina y el Caribe.
El 2025 se proyecta como un año de grandes retos y enormes oportunidades, a pesar de la permanente diatriba política y la resistencia a las reformas estructurales.
La época resulta propicia para aceptar el reto de asumir metas comunes que trasciendan lo coyuntural y trabajar en consecuencia.