Discurso en circulación del libro “Tras el velo del olvido”
El pasado viernes 21 de marzo, en el salón de actos del Archivo General de la Nación pusimos a circular el libro “Tras el velo del olvido; Tulio Manuel Cestero Leiva” con la gran satisfacción de haber convocados entrañables amigos con los que compartimos un inolvidable momento; y que hoy aprovecho para compartir las palabras que en el marco de ese evento pronuncié:
“El enunciado que con genial agudeza esboza la editora de esta obra en su prologo, define con claridad meridiana las razones que nos motivaron a embarcarnos en la investigación que dieron como resultado el libro, “Tras el velo del olvido; Tulio Manuel Cestero Leiva” que se anuncia hoy como primicia para todo el pueblo dominicano.
Creo oportuno agregar que además de nuestra inquietud por el prójimo allí enunciada, denotar también, el influjo estimulante de la grandiosa visión del escritor, estadista y político irlandés Edmund Burke; quien más allá de Jacobo Rousseau y Thomas Hobes, planteaba que la sociedad política era un contrato social entre «los que están vivos, los que están muertos y los que aun no han nacido», y en tal sentido alimentó nuestro espíritu para concretar el propósito de compilar y escribir esta obra histórica-literaria.
En su contexto temporal y espacial; Burke vio la sociedad como una entidad orgánica y compleja, arraigada en la tradición, la moral y la religión; con normas y valores que rigen la vida en comunidad.
Su concepto de sociedad repito, no se limitaba a las personas vivas en un momento dado, incluía a las generaciones pasadas, y manifestaba en su visión social que: “Dios desempeña el papel de garante supremo”. Presupuesto en el que personalmente creo, sostengo y declaro, y se reflejan en algunos tópicos del libro.
He considerado que con esta obra, que hoy nos permitimos presentar, cuyo tema central consiste en determinar la ubicación de la tumba donde reposan los restos del insigne escritor, político y diplomático dominicano Tulio Manuel Cestero Leiva, estamos haciendo justicia, y saldando parte de una deuda histórica que aun tenemos pendiente con él.
Llegué a Chile, como miembro de la misión del cuerpo diplomático acreditado en ese país, y en mi bitácora, al margen de mis funciones oficiales, tenía como meta trabajar asuntos culturales, con los que existieran lazos vinculantes entre ambas naciones.
Un personaje que inmediatamente nos resultó interesante fue Tulio M Cestero, quien vivió en chile, se desempeñó como embajador y murió en suelo chileno.
Sin embargo, del reconocimiento de su morada final, entiéndase lecho mortuorio, no encontré ninguna evidencia, y ese hecho lamentable me genero la siguiente pregunta:
¿Cómo es posible, que un hombre de la estatura de Don Tulio Manuel Cestero Leiva, tenga este presente de olvido?
Desde ese axioma preciso, se despertó en mí la motivación que marcó el inicio de la travesía hasta el destino final de la ubicación física de su tumba, replicada hoy en este libro, para las generaciones del presente y el futuro.
Esta noche, sobre algunos tópicos contenido en el libro relativos al hombre, al escritor, al político, al prócer y al diplomático, les hablaran los distinguidos intelectuales que he invitado y, que generosamente me acompañan.
Con la puesta en circulación de este libro, queda rasgado el pesado velo que, por una u otra razón, mantuvo por más de 70 años a Tulio Manuel Cestero Leiva, bajo la sombra del olvido.
A partir de hoy, la tumba de un dominicano ilustre está visibilizada, con la certeza esperanzadora de que, un dia no muy lejano, nuestro pueblo, en representación de las autoridades competentes, retornen a nuestra patria los restos mortales de quien, a la par de tantos, fervientemente defendiera este suelo durante la primera intervención norteamericana”.
¡El que ama nunca muere, el amor vence a la muerte misma! Escribió Don Tulio en su reconocida obra “Citerea” ¡Que nos valgan sus palabras para hacer justicia a quien merece honra!
¡Loor a un prócer verdadero de la patria!
Muchas gracias y buenas noches
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