Los opositores al Gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana acuñan la alerta de que el país está expuesto al camino de una dictadura por todo el poder del Gobierno en las diferentes instancias.
Pero no entienden, sin embargo, que en una democracia como la que existe en el país, la oposición debe jugar el rol fijado en el sistema y así ser un equilibrio en las diferentes instancias, aprovechando los escenarios y las debilidades de sus adversarios, siempre respetando reglas de juego.
Con denuncias de posible dictadura no se ganan adeptos ni se fortalece la democracia.