Disculpa pública

Disculpa pública

Disculpa pública

Todo parece indicar, debido a los sucesos de los últimos días, que hay funcionarios del área de la Justicia y del Gobierno central, incluido el cuerpo de ministros, con poca experiencia en el arte de pedir disculpa pública.

Si hacemos una lista de los hechos y yerros que merecen una disculpa pública tendríamos que remontarnos a un pasado inmediato.

Disculpa pública merece el incumplimiento en la entrada en operaciones de la planta de Punta Catalina, la terminación del acueducto Higüey-Bávaro, la terminación de la obra completa de la presa de Monte Grande, en la región Sur, el retraso en la construcción de diversas escuelas en distintas comunidades del país. Y de otras, que, sencillamente, están en completo abandono.

De igual forma, hay que esperar una disculpa pública por las fallas de las autoridades de Migración en su misión de enfrentar con decisión el tráfico de indocumentados en la frontera.

En salud hay disculpas públicas pendientes por haber permitido que el IDSS se convirtiera en una “máquina devoradora de recursos de los contribuyentes”.

Y finalmente, la sociedad merece disculpas públicas por el hecho de que República Dominicana ocupe el quinto lugar en embarazos de niñas y adolescentes entre los países de América Latina y el Caribe por la falta de programas de educación y servicios de salud sexual y reproductiva.

Y sobre todo, que las autoridades no se queden en el punto de las disculpas. También deben tomar, en los casos correspondientes, los correctivos de lugar.