Diputado Camacho “correa” y estiércol

Diputado Camacho “correa” y estiércol

Diputado Camacho “correa” y estiércol

Dunia De Windt

Sabemos de antemano que el Congreso Nacional es un lugar que huele a podredumbre. Un estercolero de mucho cuidado. Lleno de energúmenos “hombres” cavernícolas que habitan allí pagados y aupados por todos nosotros.

Recientemente, como las distintas redes sociales se encargaron de propagar, mientras la diputada por el Distrito Nacional del Partido Revolucionario Moderno Faride Raful encendía su acertada participación con una diatriba justificada y aclaratoria sobre el oscuro asunto y los millones de dólares de Punta Catalina y las plantas de carbón, un “macho”, diputado Noé Camacho, se quitó su correa y la alzó a ojos de todos como si quisiera darle una “pela” a Faride.

El diputado en cuestión fue aplaudido y coreado por otros “machitos” vividores del Estado. Un acto deleznable, bochornoso y machista.
Por cierto, es bueno ejercitar la memoria en una sociedad desmemoriada. Ese diputado “macho” Camacho Ovalle, estuvo imputado y preso por el famoso caso PEME, Programa de Empleo Mínimo Eventual, junto a Diandino Peña y Simón Lizardo.

Luego, el mismo fiscal de ese entonces, José Manuel Hernández, “exoneró” de culpabilidad criminal a los dirigentes peledeístas, dejando acusación contra Inchaustí, una hermana y el iracundo diputado “macho” Camacho Ovalle por haber sido los responsables del mal manejo de los fondos económicos que iban destinados a barrios necesitados. Un robo. Ladrones.

De regreso al semejante momento de la correa en el Congreso, la presidenta de la Cámara, Lucía Medina, colocada allí a dedo por ser hermana del presidente Medina, no hizo nada por corregir la situación siendo mujer. No llamó la atención, ni sancionó al “macho” diputado por su intolerancia, falta de respeto y violencia contra Faride. Es decir, contra la mujer.

De personajitos como ese diputado “macho” Camacho Ovalle esta lleno este patio y el mundo, desgraciadamente. Peor aún, quienes lo fomentan y que ese mequetrefe y otros compañeritos continúen ocupando una curul dentro del estiércol congresual. Pero aquí no pasa nada, solo una acto violento más contra la mujer.



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