Dilema de la apertura
El Gobierno tiene el dilema de mantener las medidas restrictivas de la movilidad humana para contener el contagio del nuevo coronavirus, Covid-19, o iniciar el proceso de apertura de la actividad económica antes de que resulte más dañada.
No cabe duda que en cualquier circunstancia la prioridad es la vida de la gente, aunque la preservación de esa vida conlleve sacrificios materiales.
Ahora bien, la población debe empezar a ver que el Gobierno tiene un plan para la reactivación económica cuando las condiciones permitan la flexibilización de las restricciones.
Ese plan debe tener claro cómo se motorizará el aparato productivo y cómo activar el comercio en todas sus dimensiones.
El plan del Gobierno deberá contribuir a redinamizar el consumo de bienes y servicios, el fortalecimiento de la producción local y la revalorización de las marcas nacionales.
Cualquier lego en economía sabe que se necesitará una política monetaria y motivacional para que el dominicano pueda consumir bienes y servicios, con lo que se dinamizan la industria y el comercio.
Esto, a su vez, genera una dinámica impositiva que pone dinero en manos del Gobierno para sustentar sus planes corrientes, de inversión y sociales.
Ese plan de dinamización del comercio y la producción debe incluir una estrategia para que el Gobierno y sector privado devuelvan a la gente el dinamismo y la confianza.
Hay que presentar ese plan con urgencia.