Poseo la absoluta certeza de que, a los nacidos en este país, nos aguardan días, meses y de seguro que años de extrema complejidad.
Lo que podríamos calificar como asomos de dificultades inminentes ya se perciben, de manera cada vez más perentoria, en muchos sectores.
Comparto el criterio de que, es casi seguro, que el estado de cosas nos obligue a confrontar situaciones de diverso espectro y a viabilizar esfuerzos individuales y colectivos quizás muy enérgicos para mantener la integridad y a flote el sistema democrático, los derechos ciudadanos y el equilibrio entre los poderes sociales que confluyen en lo que definimos como Estado.
El hecho es que, desde ya, se vislumbran confrontaciones entre sectores e intereses que, en definitiva, se conciben e interpretan como representantes del” poder establecido”.
Me refiero al ámbito económico, al político, al social. La pregunta, en este contexto, es cuáles son las opciones a las que deberá recurrir el pueblo dominicano y sus sectores representativos para preservar una orientación de los asuntos públicos favorable a sus intereses y propósitos y en armonía con el destino consignado en las palabras que acompañan nuestros símbolos patrios esenciales: Dios, Patria y Libertad.
Los aires de tormenta ya se perciben en el ambiente: “Diputados harán vistas públicas (sobre) reforma fiscal (Listín Diario). “Ambivalencia: Reforma fiscal con más rechazo que posiciones a favor”. “Ejecución en gastos de capital marcha lenta”. “Sorprendido por actitud empresarios ante la cesantía” (Hoy).
Estos titulares dan al lector una idea de los graves y urgentes temas en debate y las actitudes e intenciones de los actores fundamentales en este escenario: “Banco Mundial exhorta a simplificar sistema tributario en reforma fiscal”. (El Día). Ministro de Hacienda: «Aquí hay dos países en uno solo».
“Comerciantes dicen reforma bajará ventas”. (Listín Diario). “Alimentos que no pagan ITBIS serían gravados”. Una respuesta convincente a la incógnita sobre nuestro presente inmediato y el futuro probable la ofrece en contadas líneas el director del periódico Diario Libre Aníbal de Castro. Un simple listado de proyectos y programas sociales es insuficiente”.
Al margen de la confrontación e intereses que son previsibles ante posturas más o menos encontradas, un observador no comprometido de la situación podría deducir que el país atraviesa por una situación en extremo compleja y que el ciudadano, salvo los medios de prensa que se hacen eco de estas preocupaciones, carece de voto y participación en un estado de situación evidentemente desbordado por intereses y contradicciones.
Es evidente que el país ha avanzado en muchos sentidos. Solo que los problemas son abrumadores y no parece existir un acuerdo tácito a fin de integrar en un esquema abarcador a sectores que deberán ser parte obligada de las soluciones.