No podemos negar que a los dominicanos nos gustan los días de fiesta.
Todavía no se ha terminado el año 2010 y ya estamos sacando cuentas de cuáles son los días feriados del año que sigue.
Yo formo parte de la legión que piensa que deberíamos legislar para limitar las jornadas no laborables a tan solo los 52 domingos de cada año, más los días de la Independencia y la Restauración, o sea los 27 de febrero y 16 de agosto. Y punto.
Los demás días conmemorativos que también son feriados deben desaparecer, o sea quedarse simplemente como conmemorativos, pero laborables. Igual que los días de significación religiosa. Que cada cual observe sus credos religiosos, pero sin dejar de trabajar.
Es que un país que quiere despegar y desarrollarse para ser competitivo en este mundo feroz de hoy no puede andar con ñoñerías buscando motivos para haraganear, mientras el resto de la humanidad sigue trabajando.
Trabajo y más trabajo es lo que hace falta, si es que aspiramos a que algún día sea innecesario que un presidente de la República tenga que salir a recorrer el país repartiendo cajas con comida a un pueblo hambriento.