Diagnosis de la psiquiatría forense

Diagnosis de la psiquiatría forense

Diagnosis de la psiquiatría forense

Wilfredo Mora

La presente diagnosis criminológica representa una ruptura entre las instituciones jurídicas y las instituciones de salud, las cuales no tienen una trayectoria armónica positiva en la República Dominicana.

Esta razón hoy, tiene que ver con el acto de investidura de la Especialidad de Psiquiatría Forense del Hospital Dr. Francisco E. Moscoso Puello, donde fueron reconocidos dos nuevos profesionales del área. Ya desde mi experiencia, que es muy poca, sólo serán forenses, cuando sean certificados por una agencia internacional, y, además reconocida. (La certificación es un examen especializado, y si los nuevos graduados lo presentaran, de seguro no serían admitidos por no contar con ningún caso en su haber). Por lo tanto, como dije al principio, no pueden ser forenses por una Especialidad.

La psiquiatría forense es una técnica de diagnóstico. No existe el concepto de enfermo mental de paciente, o de cliente, sino de peritado. Los consejos psiquiátricos forenses que se fundamentan sobre opiniones clínicas –que es la práctica médica habitual dominante–, si además tienen lugar durante el período a test probatorios, resultan ser instrumentos extremadamente débiles. Muy diferente sería si los pronósticos fueran realizados por expertos en el cálculo de probabilidades; el mejor pronóstico forense de un criminal violento, para ser más exacto, es cuando se agrupa al acusado en una categoría de características determinables, y se le compara con iguales de su mismo grupo, en tiempos diferente.

Suele decirse que el psiquiatra forense debe tomar parte en la defensa de la sociedad y en contra de su peritado; pero también debe salvaguardar los intereses de los acusados.

Muchos psiquiatras no entienden el sistema de administración de justicia; viven atento a la etapa de iniciación, pero han descuidado la salida de los procesos judiciales: se convierten en expertos en poner a las personas en las instituciones, pero no en sacarlas. O, su rol sirve para lo primero, pero no tiene poder para habilitarlo en su condición mental. Los psiquiatras conocen mal las medidas especiales de seguridad y las lesiones psiquiátrica relacionadas al daño psíquico. Y eso es lo que lo que ocurre en el tribunal penal, que es declarar en contra del criminal, en su favor, o hacer que el acusado declare por sí mismo.

La situación y la función de la psiquiatría forense en los tiempos modernos ha cambiado. Y el medio idóneo de evaluación para la solución de los conflictos y los intereses que entran el mundo del psiquiatra forense está en la naturaleza de la intervención que debe ofrecer, no en la práctica clínica habitual. Esa naturaleza es esencialmente forense (diagnóstica).

¿Cuál es, pues, la solución legal para instaurar las áreas forenses en nuestro deformado sistema de justicia? Crear una residencia firme de Psiquiatría Forense, de 4 años. Sus primeros profesores expertos titulados, de otras latitudes; y sus primeros alumnos, psiquiatras dominicanos; no pueden ser de otras áreas de conocimientos médicos. La segunda promoción serían los primeros psiquiatras nacionales graduados.

Según la noticia de la graduación de la Especialidad, la Universidad Autónoma ha acreditado el programa, pero es mejor si quien lo acredita es la Agencia Centroamericana de Acreditación de Postgrado (ACAP), quienes celebraron en el país, con el apoyo de la Asociación de Rectores de Universidades (ADRU), la XXXI Reunión Ordinaria. Uno de sus objetivos era motivar a las IES dominicanas para que se adhieran a ella, con fines de acreditación de sus programas Posgraduales, Maestrías, Especialidades y Doctorados.

 



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