Día especial que definirá nuestro futuro

Día especial que definirá nuestro futuro

Día especial que definirá nuestro futuro

Porque: Al parecer, “La moral es un

lujo privado y costoso”

 

Las revoluciones son

celebradas, cuando ya no

son peligrosas.

  1. Boulez.-

No pensaba escribir nada para el día de hoy, eso pensé, pero de repente me cuestioné ¿por qué? Y con una rápida meditación o razonamiento simple, encontré la razón… ¡Los políticos! Si, esos han sido, ya que al parecer ha sido tanta su influencia en nuestra forma de vida, que nos han hecho esclavos de sus apetencias personales, es decir, que su adoctrinamiento ha sido exitoso. Pero este es un día “cuatrivoliao”; “cachicambiao” y “Pencudamente” “líao” hasta que deje de estarlo, pero que, de alguna manera continuará transcurriendo hasta que unos comiencen a llorar sus penas y otros tantos respiren aires de triunfo, que por igual, un poco más o un poco menos, podría convertirse otra vez en penas o desilusiones.

Todo esto, porque somos un país anegado de amnesia, donde los recuerdos de los hechos de tortura psicológica o material, llámese robos o abusos de autoridad, apenas duran días. Es cierto de toda certeza lo expuesto por el Profesor Adriano Tejada en su AM del periódico Diario Libre, sobre que: “El caudillo de San Cristóbal ya sabía cómo hacer negocio utilizando al Estado y desde que se instaló en la silla presidencial inició un proceso de apuntalamiento de su régimen y de su fortuna personal que duro 31 años. En ese lapso desarrolló un polo industrial propio en Santo Domingo, adquirió empresas a la fuerza y convirtió sus negocios en monopolios”. Esta aseveración reitera una vez más, que la historia se repite, aunque con diferentes protagonistas.

Esta vez ha ocurrido lo mismo, pero en unos 20 años, ejecutado por un Comité Político encabezado en los últimos tiempos, por un Tirano “democrático”, que con soberbia inaudita, ha utilizado y endeudado al país hasta la tambora. Más adelante, tengo que referirme al comportamiento deshumanizado e indolente de este personaje, que adornará de una u otra manera, las páginas negras sobre la historia de esta Nación.

Resumiendo nuestro historial como país, parecería que solo la era de Trujillo es la mancha que oscurece la misma; el más ladrón y asesino, lo peor de lo peor, la época dorada para encontrar todos nuestros infortunios, donde nuestros historiadores –en su gran mayoría- sacian su sed de conocimientos sobre cosas impuras ocurridas en determinada época. Pero definitivamente, al parecer, no existe memoria para recordar lo que éramos y lo que somos. Si, un país donde la institucionalidad es solo una referencia, porque estamos en una democracia de careta, de colorete, de payaso. Trujillo robó he hizo muchas cosas, sin endeudar al país, y aun lo quieran o no, por igual institucionalizó la Nación. Pero hoy, asistimos a un vandalismo político corrupto, con un blindaje hasta ahora imposible de penetrar y por demás, secuestró los demás poderes para convertirse en algo parecido a la “Cosa Nostra”, donde no hay negocios en que no aparezca un endiosado miembro del famoso comité, sin respetar siquiera las cosas sagradas del Medio Ambiente.

Pero así estamos y solo queda esperar que este día finalice, para ver si a pesar de las amenazas del Tirano, se puede cambiar el rumbo que hasta ahora hemos llevado, que sin duda alguna, solo conduce a la perdición en las honduras indescifrables del descalabro social, tal y como lo ha insinuado quien se ha llegado a creer dueño y amo de este país.

Para concluir con este desagradable tema, solo deseo expresar que descaro e irresponsabilidad es lo que ha acompañado al tirano en su accionar, solo la semana pasada vino a descargar en Salud Publica el problema del manejo del Covis-19 después de haberlo utilizado políticamente a su conveniencia y luego, en vez de aplicar las medidas sanitarias, fue el primero en encabezar caravanas asesinas para luego aviesamente culpar la oposición y dejar un verdadero infierno epidemiológico al próximo gobierno, ya que está convencido de que se va. Malaya sea, cuanta perversidad concentrada en una sola persona. ¡Sí señor!



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