- Publicidad -

- Publicidad -

Día de las Madres incluye un encuentro obligado de sus deudos en los cementerios

Yanet Féliz Por Yanet Féliz
WhatsApp Image 2025-05-25 at 2.16.58 PM
📷 Juan Adalberto Paulino visita la tumba de su madre. Foto: Elieser Tapia

Santo Domingo.- Como es tradición, los Días de las Madres convierten a los cementerios en espacios obligados para reunir a las familias que han perdido a su “célula madre”, y no dejan de visitarlas aun cuando están ausentes físicamente.

Desde la víspera de la conmemoración, esposos, hijos, nietos, hermanos (as) y otros parientes llegan a los camposantos a visitar sus moradas en las diferentes demarcaciones del Gran Santo Domingo, así como en el interior del país.

Es que el agradecimiento y apego a este ser tan querido que da origen a las familias, permanece por siempre en los corazones de quienes han aprendieron a valorar su entrega.

Le recomendamos: Hoy celebramos el Día de las Madres

El mejor ejemplo de esas demostraciones de cariño se puede confirmar en los comentarios Cristo Redentor, el de la Máximo Gómez, Cristo Rey, Cristo Rey, Cristo Salvador en Santo Domingo Este, y otros privados como Puerta del Cielo, Jardín Memorial en el municipio Santo Domingo Norte, entre otros.

Flores y oraciones

Como es costumbre, los deudos van a orarles, colocarles flores y a limpiar los nichos donde descansan, como además les pintan y desyerban sus entornos.

Una gran parte de los quienes se dan cita en estos lugares sacros, rememoran sus historias, con nostalgias y gran sentimiento, en las que no dejan de conectar con sus pasados.

Desde los trayectos que conducen a los cementerios se registraban hileras de vehículos de personas que se dirigían a rendirles tributos a las madres fallecidas; igual se visualizaban vendedoras de flores y floreros, así como velas y velones. Los buques de rosas, margaritas y otras variedades de flores costaban a RD$250 pesos, mientras que los floreros de 200 hasta 500 pesos y los velones de 100 a 200.

Testimonios

Nancy Chala, residente en Los Alcarrizos, dijo visitar a su madre desde que murió hace 25 años. “Vengo, porque mis hermanas, algunas son cristianas, y ellas no creen en eso, pero yo no; mi madre y el esposo mío, siempre la visitamos, Todos los años, también en otras épocas del año”, narró Chalas que andaba con su nieta a cuesta porque no tenía con quien dejarla para ir al Cementerio Cristo Redentor.

Al igual que ella Kirsy Rosario, vino de Santiago porque decidieron enterrar a su madre con su papá, quien murió hace cuarenta y pico de años y dijo venir siempre a su tumba, antes lo hacía mensual.

“Realmente, este mes es muy duro para mí, muy duro porque mi mamá vivía conmigo. No me separé casi nunca de ella, murió hace dos años de 75 años, no quería dejar de fumar y le agarró una neumonía”, contó con tristeza Kirsy Rosario.

Juan Adalberto Paulino, residente en la urbanización Máximo Gómez de Villa Mella, y lleva 47 años ininterrumpidos visitando primero a su padre y desde el 2022 a su madre Emilia Dolores Paulino, se sumó a una gran cantidad de hombres que en circunstancias similares fueron a rendirles tributo a sus madres en el Cementerio Cristo Redentor, ubicado en Los Girasoles.


Historias similares se repartían en las distintas escenas, como también las de muchos limpiadores de tumbas, que aprovechaban la oportunidad para agenciarse unos chelitos, cobrando desde 500 pesos, y en ocasiones de gratis cuando los deudos no tenían.

El buen sentimiento de los dominicanos se refleja en estas fechas conmemorativas, en que la gente no escatima esfuerzos para reencontrarse con sus seres queridos, a quienes además les piden favores de distintas índoles.

Etiquetas

Yanet Féliz

Periodista con amplia experiencia en temas de medio ambiente y ciudadanía.

Artículos Relacionados

k