Dheepan, apuesta francesa de Audiard, ovacionada en Cannes

Dheepan, apuesta francesa de Audiard, ovacionada en Cannes

Dheepan, apuesta  francesa de Audiard,  ovacionada en Cannes

CANNES, Francia.-Si una ventaja tiene el cine es que invita a conocer, o denuncia, realidades de común ignoradas o por algunos factores geopolíticos y disimuladas por los efectos de la homogeneidad de la información internacional, estimulada por de los grandes intereses y las pequeñeces nacionales, con luchas intestinas incluidas al paquete.

Tal cual ha sido el caso de Sri Lanka, nación que pasó por 35 años de dictadura y guerra civil, proceso que curiosamente, no llamó la atención de nadie. Es aquí donde el cine tiene espacio para ser voz y plataforma, siempre que guarde respeto de si mismo como arte y como industria.

Recién ahora es cuando el congreso de Rajanksa (¿quiénes sabían que esa es la capital de Sri Lanka?) se ha prohibido la presidencia absoluta, por una inteligente medida del presidente MahindaTajapaksa (y cuántos sabían que ese era el Presidente?) que definió las ristras de una nación marcada por la corrupción, la represión y la limitación de las libertades fundamentales. Es justa esta la brecha que apertura el cine al dejarnos volar en otros espacios y verdades escamoteadas.

Por estas razones, y otras de orden estético, se hace valioso el prospecto que acaba de presentar en Cannes Jacques Audiard, uno de los más prestigiosos directores de Francia, quien tuvo hoy la oportunidad de escuchar una de las ovaciones más extensas, con la última escena de Dheepan. Audiard es uno de los santos amados que protege a unas y dientes, el crítico cinematográfico de Francia. Y no por su pinta sino por su estilo destacado y su trayectoria de ganador.

Desde el paso de las primeras escenas, con el cuadro triste de las guerrillas tamiles, en Sri Lanka quemando los cuerpos de sus combatientes heridos, hasta el sorprendente final de la violencia de las bandas en los paupérrimos barrios de un París ausente de las tarjetería postal y de faltante los kits de venta de paquetes de las agencias de viajes a los turistas que solo piensan en la Torre Eiffel y el Moulin Rouge, tal cual si el mundo fuera limitado a sus hitos urbanos.

La cinta de Audiard deja sentir que un director pensante ha movido con precisión los hilos necesarios para completar el milagro del cine digno y bien logrado.

"Dheepan es un luchador por la libertad tamil, un tigre".

«Dheepan es un luchador por la libertad tamil, un tigre».

Dheepan es la cuarta y última opción francesa en la competencia oficial, de Cannes y uno de sus más celebrados acontecimientos, es uno de los acontecimientos de Cannes.

Muy esperada, provocó extendidos aplausos por el manejo de un drama familiar, social y político capaz de satisfacer a quien sea, incluso con la condición, que se ha puesto de moda, del uso de actores no profesionales, lo que siempre es riesgoso, aun cuando ahora, el tiro salió exactamente por donde debía.

Se cuenta con un Audiard que cambia estilos y modos de trabajo, al desechar las muchas estrellas establecidas del cine francés para trabajar con unos desconocidos actores naturales,Antonythasan Jesuthasan y Kalieaswari Srinivasan, a los que favorece más la autenticidad que emana de sus acciones que de una preparación actoral académica. Sinceridad y entrega histriónicas hasta su nivel más alto.

La devoción mediática por Audiard se inició desde que debutó como director en la Semana de la Crítica, con Cómo será la caída (1993, y siguió ganando con Un profeta, el Gran Premio del Jurado (2009) y De Rust&Bone (2012).

La película es una de las opciones de la Palma de Oro que se entrega este sábado en la noche, con el glamour que solo puede sentirse de esta forma en Cannes.

Sinopsis

Dheepan es un luchador por la libertad tamil, un tigre. En Sri Lanka, la guerra civil está llegando a su fin, y la derrota está cerca. Dheepan decide huir, llevándose con él dos extraños – una mujer y una niña – la esperanza de que será más fácil para él para reclamar asilo en Europa.

Al llegar a París, la «familia» se mueve de un hogar temporal a otro hasta Dheepan encuentra trabajo como cuidador de un bloque de viviendas en decadencia en los suburbios.

Él trabaja para construir una nueva vida y un verdadero hogar para su ‘esposa’ y su ‘hija’, pero la violencia cotidiana que enfrenta rápidamente vuelve a abrir sus heridas de guerra y Dheepan se ve obligado a volver a conectar con sus instintos de guerrero para proteger a la gente que espera se convertirá en su verdadera familia.



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