El Día 
Hay males bien visibles que persisten en contra de los consumidores. Males que ninguna autoridad, incluidos Industria y Comercio y Pro Consumidor, todavía no enfrentan con el debido rigor.
Una práctica abusiva, que persiste, se afianza y se expande como una pandemia, es la de no devolver el dinero a los consumidores cuando hacen el reclamo explícito, luego de la compra de un articulo despachado con algún defecto.
Existe lo que se podría llamar un apandillamiento para avasallar el derecho de los consumidores.
A lo que puede aspirar el consumidor, luego que paga su dinero, es a la entrega de la llamada y recurrida nota de crédito para ser consumida de acuerdo a las fechas que de manera rígida establece el comercio o la tienda que la expide.
Los consumidores necesitan que se expanda y asuma su defensa, más allá de que se respeten normas sobre productos vencidos, más allá de normas de calidad, se hacen necesarias las normas de respeto por el dinero y el inviolable derecho que tiene el ciudadano cuando paga de que se le restituya el efectivo pagado.
El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), la Dirección General de Impuestos Internos y la Procuraduría General de la República tienen mucho que hacer para disciplinar a todas las empresas y negocios que violan y tuercen el derecho que tienen los consumidores de usar como entiendan el dinero que reclaman ante un negocio que actúa de manera fraudulenta o equívoca en su perjuicio.
