CIUDAD DEL VATICANO. – El Vaticano anunció el sábado la detención de monseñor Carlo Alberto Capella, que ejerció como asesor de la embajada de la Santa Sede en Washington, sospechoso de haber consultado imágenes de pornografía infantil.
El sacerdote, que trabajó hasta el año pasado en la nunciatura (embajada) de la capital estadounidense, fue convocado en septiembre pasado por el Vaticano, que anunció la apertura de una investigación al respecto.
Las autoridades judiciales vaticanas emitieron finalmente este sábado la orden de arresto, que fue llevada a cabo por la propia gendarmería del pequeño Estado, informó el comunicado oficial.
Capella fue encarcelado en una celda del cuartel de la gendarmería del Vaticano, añadió el texto.
El Departamento de Estado estadounidense alertó por vía diplomática el 21 de agosto al Vaticano de una posible violación de las leyes sobre imágenes de pornografía infantil por parte de un miembro de su cuerpo diplomático en Washington.
La Santa Sede llamó a consultas al sacerdote, sin responder a la demanda estadounidense de levantamiento de la inmunidad diplomática, indicó una fuente del Departamento de Estado.
«Estados Unidos alienta a la Santa Sede a actuar de forma en que su política de protección de los menores sea aplicada totalmente, y que se haga justicia sobre esas acusaciones» indicó esa fuente.
Las informaciones suministradas por Estados Unidos fueron transmitidas al procurador del tribunal del Vaticano, que abrió una investigación y requirió colaboración internacional para obtener elementos sobre el caso.
El papa Francisco aprobó en 2013 una nueva legislación sobre abusos sexuales sobre menores y pornografía que implica condenas de hasta 12 años de cárcel.
Si las autoridades vaticanas deciden finalmente enjuiciar a monseñor Capella, será el primer proceso de este tipo, tras la muerte de monseñor Josef Wesolowski.
Ese nuncio polaco acusado de pedofilia estaba destacado en República Dominicana cuando fue convocado de forma urgente por el Vaticano, tras informaciones de prensa que lo acusaban de haber mantenido relaciones sexuales remuneradas con menores.
El Vaticano rehusó extraditarlo a Polonia. Fue juzgado y sentenciado en 2014 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lo desposeyó de sus hábitos, la pena máxima para un prelado.
El papa Francisco había ordenado igualmente un enjuiciamiento criminal por abuso sexual de menores, una decisión histórica en el Vaticano. El prelado fue detenido y asignado a residencia, pero murió a los 67 años, en agosto de 2015, poco antes de que se abriera el juicio.