Detén la negatividad
Si eres de las personas que continuamente estás pensando en que algo malo sucederá; que los demás murmuran sobre ti, probablemente también sufres frecuentes dolores de cabeza, espalda y estrés.
Es probable que experimentes ansiedad, tristeza y poco entusiasmo. Si estás sobrecogido por los pensamientos negativos, hay esperanzas.
Las personas que viven con enfermedades crónicas, como diabetes, fibromialgia, artritis, entre otras que incrementan las sensaciones de desesperanzas por las limitaciones que conllevan el dolor, la inflamación y las restricciones alimenticias y físicas, también son pacientes propensos a tener pensamientos negativos y sentimientos de tristeza con más frecuencia.
Para detener los pensamientos negativos debes aprender a decir “alto”, “para”. Es una palabra que le dices a tu inconsciente e inmediatamente reemplazas ese pensamiento de que algo malo sucederá por otro positivo y motivador.
En principio puede parecer casi imposible encontrar pensamientos agradables por eso es importante practicar con antelación.
Escribe dos columnas. Anotar los pensamientos recurrentes en una. En la segunda escribe el pensamiento positivo con el cual reemplazarás el negativo.
Por ejemplo: si sientes que no puedes parar de comer algún bocadillo que te gusta mucho, di, “para”. Reemplaza ese pensamiento con algo como: “puedo elegir una fruta en lugar de …
Encuentra un reemplazo cada pensamiento que te agobia. Si necesitas sugerencias, pregúntame. Si piensas que los demás hablan de ti a tus espaldas y eso te molesta, pregúntales.
De ese modo puedes clarificar si es que ha habido un mal entendido. Esta práctica no persigue la confrontación.
Es un ejercicio para despejar la mente y ocuparla en algo más productivo. Puede parecer intimidante, pero te aseguro que es solo en principio. Trata.
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