Al finalizar el año 2022, todas las proyecciones de la economía global indicaban que esta iba a concluir el 2023 con una acentuada desaceleración, aunque también se vislumbraba una cierta resiliencia en el transcurrir de los meses, como resultado de que la economía de China iba rumbo a una recuperación notable.
A pesar de que la resiliencia en la economía se observaba como prueba de una superación de las turbulencias del 2022, el crecimiento de la economía global tendría un comportamiento frágil de manera continua, fruto a que la lucha combate a la inflación y los conflictos bélicos Rusia-Ucrania continúan su incidencia en los precios de los commodities o materia prima con impacto nocivo en la actividad económica.
Es relevante precisar que los commodities son determinantes en la dinámica de la economía global debido a la frecuencia con que los mismos son comercializados en los diferentes mercados.
Pero a su vez, son múltiples los países que tienen una alta dependencia del comercio de los commodities, de tal manera que estos lo han instituido en su estructura exportadora y que son cada vez más demandados por las grandes economías, definiendo así una impresionante prerrogativa económica debido a la versatilidad con que se logran obtener otros productos.
También hay que destacar que en el 2023 la economía global ha estado influenciada por la persistencia en la reciedumbre en que los bancos centrales continuaron aplicando su política monetaria, en particular, el Banco Central Europeo, el Banco Central de Inglaterra y la Fed de USA. Y se puede resaltar la contracción de los términos de intercambio a escala global, fruto del alza de la energía importada, por lo que son estas variables las que tuvieron mayor incidencia en el débil crecimiento económico al cierre y despedida del 2023.
En el 2023 la economía global ha estado sometida a grandes incertidumbres política y económica sin precedentes en las últimas tres décadas, desconocida en los primeros 20 años del XXI. Al cierre del 2023 la lectura que se desprende con la llegada del 2024 es que este estará lleno de complicaciones ante un escenario donde la desaceleración de la economía, el sobreendeudamiento público, déficit fiscal y la inflación o desinflación serán las variables predominantes en el curso de la economía a escala planetaria.
Ya resulta inocultable el hecho de que el 2024 será recibido con una economía con altos riesgos, prevaleciendo el temor de que haya un fuerte repunte de los precios y una mayor intensidad de los conflictos bélicos y crisis en el entorno geopolítico que forrarán de incertidumbre y haya nubarrones que deterioran el panorama económico. Tal situación pone en evidencia como ha afectado a la región de América Latina que proyecta un crecimiento del PIB de 1,8% para el 2024, lo cual refleja una fuerte desaceleración de la economía de la región si se considera el 2,1% con que cierra la economía en el 2023, conforme a las cifras suministrada por la CEPAL.
En el caso de la economía dominicana el panorama global y regional arroja el mismo malestar con influencias externas y relevancia de la política económica interna cuyas consecuencias es verificable en el hecho de que la proyección de crecimiento del PIB de un 5% realizada en enero, apenas puede ser alcanzable entre un máximo de un 2.5% y un mínimo de 2%.
Ese escenario planteado por el Banco Central evidencia que en el 2023 la economía dominicana ha crecido un 50% menos que lo estimado, al tiempo que se interrumpe el patrón de crecimiento promedio de un .3% alcanzado en las últimas tres décadas, aunque se asume un conformismo de que América latina solo crecerá un 2.2%, lo cual resulta inentendible ya que la región nunca tenía proyección de crecer superior a esa cifra.
Aunque el banco central estima un escenario favorable de crecimiento del PIB de 5.2% para el 2024, algo que no parece lograrse con un escenario minado de riesgos e incertidumbre por la incidencia que ya va generando el proceso electoral. No obstante, hay que precisar que las estimaciones son escenarios que se construyen de manera hipotética mediante el uso de herramienta econométrica, la cual permite observar el efecto de una variable sobre otras para hacer predicciones de cifras futuras, es decir, se construye ese modelo econométrico de predicción para acercar los datos proyectados con la posible realidad.
A ese modelo de predicción se le conoce como modelo de regresión, donde se procura determinar una relación entre una variable y un conjunto de variables que podrían estar explicando el impacto de una variable, digamos el precio del petróleo, la relación de intercambio comercial, el déficit público, tipo de cambio o el endeudamiento público, sobre el resto de la actividad económica. Sin embargo, se mantiene un margen de error en las estimaciones ya que hay factores interno y externo difícil de observar, razón por la cual se establece una diferencia entre lo que se estima y lo que se observa, y es ahí que se incuban los escenarios optimistas y la manipulación, por tanto, hay que ser cauto y realista con las estimaciones.