Despertares a un nuevo hábito
A la hora de levantarse Roberto Samuel Díaz Ortega sabía que tomando en cuenta los acontecimientos de la noche anterior ya había hecho lo mismo durante todas las noches anteriores de su vida. ¿Qué hizo dándole seguimiento a la tradición? Minutos antes de dormirse programó el despertador del teléfono móvil que velaba su sueño en la mesita de noche.
En la mañana, y ya despierto, se levanta de la cama, verifica la hora, descorre las cortinas de la habitación y se baña. Escoge la ropa que usará y se viste despacio mientras mira por la ventana una franja de un día maravilloso y soleado de verano. Va y prepara en la cocina un desayuno frugal. Vuelve al baño, hace abluciones; y, minutos más tarde, sale de la casa y emprende el trayecto cotidiano hasta llegar al trabajo y cumplir su jornada laboral de siempre.
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En su mente, durante la hora de almuerzo, se dibujó un círculo de reflexión muy revelador. Todo sucedía sin darse cuenta. Su mente, fruto de un ejercicio de retrospección, se percata que alimentaba los mismos hábitos y de los hábitos recurrentes pasaba a cosechar los mismos resultados, al final del día. Si seguía así terminaría su vida, viejo y amargado, con una pensión de ascensorista.
En la noche, a la hora de acostarse, desactivó la alarma del aparato. Y se propuso despertar por sus propios medios, a la hora de siempre, sin ayuda del teléfono móvil.
En la mañana despertó a la hora indicada; y de inmediato, como si se tratara de una revelación divina, se dio cuenta que esa idea tan simple había cambiado su mentalidad. Ahora, libre del viejo hábito, tenía el poder de procesar ideas superiores. Y eso era ya un primer peldaño de la escalera.
Una sonrisa de satisfacción llenó su rostro.
¿Cuál es el próximo paso? La pregunta vino de lo más profundo del subconsciente. Y desde ese ignoto lugar de su conciencia llegó la respuesta. Ocurre que ya tenía un nuevo hábito.
En la noche hizo lo de siempre: salió de la oficina, llegó a la casa, tomó las llaves, abrió la puerta, encendió todas las luces, tomó un baño caliente, se preparó algo de cenar. Y con el último bocado, mientras masticaba, se dio cuenta que, sin abandonar los grandes valores humanos, ya no iba a morir viejo y amargado, con una pensión de ascensorista. Tiene absoluta confianza en la realidad que construye.
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Rafael García Romero
Rafael García Romero. Novelista, ensayista, periodista. Tiene 18 libros publicados y es un escritor cuya trayectoria está marcada por una audaz singularidad narrativa, reconocido como uno de los pilares esenciales de la literatura dominicana contemporánea. Premio Nacional de Cuento Julio Vega ...
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