Alejandro Grullón Espaillat, fundador del Banco Popular Dominicano, luego de una impresionante jornada productiva, mantuvo siempre sus vínculos indisolubles con las altas finanzas del país, a través del Consejo de Administración de esa entidad bancaria, en su condición de presidente ad vitam y Consejero Emérito de Grupo Popular.
En el mundo de las finanzas, más que un pionero, se le reconoce como un gran visionario. Entre sus proyectos originarios hay que tomar en cuenta que formó parte de la Asociación para el Desarrollo, Inc., organización que traería un despertar de Santiago de los Caballeros con el apoyo para la creación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, el Banco Popular Dominicano, el Instituto Superior de Agricultura (ISA) y el Centro de Investigación y Mejoramiento de la Producción Animal.
En su vida cuentan varias fechas importantes. Y de manera fundamental, tres. La de su nacimiento, el 3 de abril de 1929.
La culminación de sus estudios en la Universidad de Syracuse, en Nueva York, donde obtuvo el título de grado en Administración de Empresas y Ciencias Forestales, y la autorización de la Junta Monetaria para la fundación del Banco Popular Dominicano, institución que abrió sus puertas el 2 de enero de 1964, como el primer banco nacional de capital privado.
La sociedad dominicana despide a un hombre excepcional. Alejandro Grullón Espaillat, a quien sin duda podemos llamar Padre de la Banca Dominicana. Aquilató su vida con un trabajo tesonero y de responsabilidad social y empresarial. En el camino se convirtió en ejemplo e inspiración para todas las generaciones de empresarios y emprendedores dominicanos y de la región.
Alejandro Grullón Espaillat deja un inconmensurable legado a la sociedad dominicana. En este doloroso y último adiós extendemos un abrazo fraterno a su viuda, Melba Segura Castillo, y que hacemos abarcador a sus hijos Manuel Alejandro, Virginia María, Eduardo José Grullón Viñas y Alexandra María Grullón Segura. Paz a sus restos.