SANTO DOMINGO.-República Dominicana destina el 2.6 por ciento del producto interno bruto (PIB) al costo social y económico de la desnutrición y la obesidad, recursos adicionales al invertido en educación, salud y pérdida de productividad.
Así se hace constar en el informe “El costo de la doble carga de la malnutrición” del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
“La desnutrición, el sobrepeso y la obesidad limitan el óptimo desarrollo de los individuos y el bienestar de las comunidades, impactando negativamente sobre la productividad y el crecimiento económico”, dijo Miguel Barreto, director regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP).
Estas son dos caras de la malnutrición y representan una doble carga para familias, comunidades y países.
“Ante la doble carga de la malnutrición, es crucial redoblar esfuerzos para alcanzar el objetivo de Hambre Cero para el año 2030”, dijo Barreto.
Malnutrición en pobres
De su lado, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, precisó: “Nos preocupa enormemente el hecho de que la doble carga de la malnutrición esté afectando de manera creciente a la población pobre y vulnerable de América Latina y el Caribe, lo que la convierte en un factor más de la desigualdad vigente en nuestra región”.
Del costo total de la doble carga de la malnutrición, US$1,464 millones corresponden a costos en salud, US$490,2 millones a costos por pérdida de productividad, y US$6,4 millones a costos en educación.
En cuanto al costo social, el estudio muestra que 2 de cada 5 niños con desnutrición no finalizan la escuela primaria y 2 de cada 5 no finalizan la secundaria.
También, más de 1 millón de dominicanos padecen diabetes e hipertensión a consecuencia de sobrepeso y obesidad, generando el mayor costo en salud.
Se recomienda desarrollar e implementar políticas públicas que permitan abordarla y asignar recursos para enfrentarla.
Objetivo
— Compromiso local
Fotyu la El Gobierno dominicano está comprometido con el logro de la Agenda 2030 y el objetivo de Hambre Cero, entendiendo que un mundo sin hambre y malnutrición exige renovar los esfuerzos.