Desinterés en la vacuna

Desinterés en la vacuna

Desinterés en la vacuna

¿Qué pasará con el proceso de vacunación puesto en marcha con gran entusiasmo y buenas intenciones hace ya un año?

Parece que el ministro de Salud, Daniel Rivera, y el Gabinete sobre el que ha sido puesta la responsabilidad de coordinar lo relacionado con la pandemia, tendrán que tomar pronto una medida práctica.

Esto así porque hasta que se demuestre lo contrario, el que tenía algún interés en protegerse del coronavirus por medio de la inoculación de algunos de los preparados puestos por el Gobierno a disposición de la población, ya lo hizo.

De otra manera no se entiende la baja asistencia de interesados a los lugares habilitados para estos fines.
En uno de estos centros de vacunación, el organizado en la Universidad Autónoma, en una jornada completa el jueves de la semana pasada fueron doce personas en busca del servicio y al día siguiente seis.

Pudiera pensarse que se trata de una excepción, pero lo encontrado ayer en otros lugares, como en el destacado en uno de los pabellones del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, deja ver una actitud extendida.

También es baja la asistencia a los puestos de vacunación armados en plazas comerciales, totalmente inútiles para los fines ideados hace un año, que no son otros que los de ofrecerle a la población la oportunidad de protegerse de las consecuencias del contagio con el virus sin tener que pagar una vacuna, en vista de que todo corre por cuenta del Gobierno.

Ante una situación como la evidenciada en esta pequeña muestra, tal vez sea conveniente idear otro procedimiento para que los interesados en inocularse con uno de estos preparados pueda ir, como se hace con los recién nacidos, a un hospital público o a una carpa en el Ministerio de Salud.



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