En un año clave para la política global, 2024 se perfilaba como el escenario donde la inteligencia artificial (IA) tendría un impacto significativo en los procesos electorales, especialmente en Estados Unidos.
Sin embargo, la realidad está tomando un rumbo distinto al esperado.
Lejos de ver una avalancha de deepfakes o noticias fabricadas que cambien la opinión pública, la inteligencia artificial (IA) está actuando de una manera más sutil y peligrosa: amplificando la desinformación ya existente y profundizando la polarización social.
“Nos preocupaba que la IA inundara las elecciones con noticias falsas y videos deepfake, creando realidades paralelas; pero lo que hemos visto es una amenaza menos obvia: la IA amplifica y distribuye contenido engañoso de manera casi imperceptible para el público”, señala Adolfo Corujo, socio y director general corporativo de talento e innovación de LLYC, en el podcast “Esto es lo que AI”.
Un estudio reciente del Pew Research Center, reveló que el 57 % de los adultos estadounidenses están muy preocupados de que la IA se utilice para difundir información falsa sobre los candidatos.