Aprendamos a dominar los impulsos primitivos
Mucha agua ha caído desde la desaparición del hombre de las cavernas. Sin embargo, aunque nos hacemos llamar personas civilizadas, la verdad es que las características de este hombre primitivo no han podido desaparecer de la sangre de muchos seres humanos.
La prueba la vemos a diario en la calle. Es asombroso como nos dejamos llevar por los impulsos primitivos y nos olvidamos por completo de la llamada civilización, cuando nos hieren, nos acorralan y nos golpean. El famoso consejo de contar hasta diez ya no es una práctica común.
Es un hecho que la agresividad está presente en nuestros genes, pero con el tiempo se han logrado avances significativos en la forma de controlarla. Esto de nada sirve si no ponemos de nuestra parte.
Cierto es que vivimos tiempos difíciles y dominar lo que podría llamarse el lado oscuro de la naturaleza humana es una labor titánica que se diluye en una sociedad cada vez más convulsa, regida por códigos morales que se interpretan según la conveniencia de cada quien.
Un poco de control no hace daño a nadie, todo lo contrario, es muy beneficioso. Así que, cuando salga todos los días a la calle intente no dejarse llevar de su lado oscuro, cuente hasta diez, busque el lado positivo a las situaciones desagradables y tenga siempre presente que cada vez que dejamos salir el monstruo que tenemos dentro perdemos años de vida. Es difícil, lo sé, pero vale la pena intentarlo. Sonría.