*Por Alexander Pérez
El año 2021 que acaba de finalizar, a pesar de la crisis sanitaria y un entorno internacional adverso, el país logró pasar sus calificaciones económicas con buenas notas, porque de acuerdo al Banco Central hubo un crecimiento económico del 12%. A pesar que el índice precios al consumidor se elevó al doble de la meta trazada por las autoridades monetarias.
La mayoría de las grandes naciones, medianas y pequeñas están disponiendo medidas monetarias y fiscales para desacelerar el ritmo de crecimiento de sus economías; que en el caso de las primeras de un 5%, en el 2021 se espera que en este cierren en 3.8%; y el próximo a 2.3%. Por su lado, las emergentes y las que están en vía de desarrollo, de un 6.3 el pasado; caerían este año al 4.6 y el próximo a 4.4%.
Con esta estrategia se espera retornar en el próximo 2023 a los niveles de inversión y producción previa a la pandemia, sobre todo, frenar la voraz inflación que lacera la economía de los consumidores en las naciones desarrolladas y perfora la de los medianos y pobre.
Las autoridades esperan contener este terremoto económico con las medidas que están disponiendo. Sin embargo, la realidad es que están sujetas a una variable que no controlan, como son los precios de la energía, alimentos, monto de las deudas, y el comportamiento del tipo de cambio.
La CEPAL señala que el PIB promedio de Centro América y la RD se contrajo un 6,1% por la crisis sanitaria, el desplome más severo en varias décadas, luego de 10 años de crecimiento sostenido.
Esta agencia de la ONU advierte que para lograr una recuperación plena, en el menor tiempo posible, es fundamental mejorar los niveles de recaudación y eficientizar la estructura tributaria, como forma de poder responder en sentido general a las necesidades de la economía.
Bajar en forma eficiente los altos niveles de la evasión tributaria, que en la región alcanza los US$325.000 millones, 6,1% del PIB, fortalecer el impuesto a la renta de personas físicas y corporaciones, extender el alcance de los impuestos al patrimonio y la propiedad, crear gravamen a la economía digital, ambiental; revisar y actualizar de forma progresiva la explotación de los recursos no renovables, entre otras.
Para este año 2022 los organismos internacionales que siguen el curso de la economía, advierten de un entorno internacional adverso, empezando porque el Banco Goldman Sachs observa que el petróleo Brent pudiera alcanzar la meta sicológica de los US100.oo el barril, lo que sería catastrófico para estas naciones emergentes.
Este jueves 19 de enero el petróleo de la OPEP cotizó a US$89,64, es decir, que en relación al pasado mes de diciembre, se ha incrementado en un 10.61%, cuando tuvo un máximo de US$74.37, que anualizado el aumento sería del 51.27%.
Entre los principales rubros de exportación que tiene la economía dominicana están el oro y la plata, de acuerdo a JP Morgan, ambos tendrán una tendencia a la baja en los mercados mundiales, hasta llegar a una media de US$1,522 la onza en el cuarto trimestre.
Los analistas perciben que los precios del aluminio se incrementarán entre un 40 y el 50 por ciento. Mientras, que Morgan Stanley, en el caso del cobre vaticina un descenso a partir del segundo semestre del año, por una oferta en alza contra una demanda en descenso.
En el caso de los alimentos, los analistas prevén un entorno complicado para los bienes de origen agrícola, con excepción del trigo a partir de la próxima temporada. No obstante, las presiones que ha mostrado en los últimos meses.
Para este año se esperan los efectos del fenómeno de La Niña, que se caracteriza porque enfría bastante los océanos, y provoca baja pluviometría, por lo tanto tendrá un impacto severo sobre la producción agrícola, y generará incrementos en los precios de sus derivados.
De por sí, los precios de las materias primas son muy inestables, lo que juega mucho con la estabilidad de las economías emergentes
Según el informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial emitido el 21 de octubre de 2021: “Los precios de la energía aumentaron de manera significativa en el tercer trimestre de 2021, y se prevé que seguirán siendo elevados durante 2022, lo que acrecentará las presiones inflacionarias globales y podría impulsar el crecimiento económico de los países exportadores de energía, en desmedro de los países importadores”.
Frente a esta realidad, hay que entender que la economía dominicana será impactada este año por factores exógenos importantes que le podrían frenar su ritmo de crecimiento, muy a pesar de la fortaleza que ha mostrado en el pasado 2021, con la recuperación del turismo, revaluación del peso, un déficit fiscal bajo, aumento de las remesas y el crecimiento antes señalado.
@alexandrperez
