La esperada reapertura de la actividad económica ha sido anunciada por el presidente Danilo Medina en su discurso del domingo y si las señas dadas por los que salieron a las calles este lunes son válidas, tendremos un miércoles auspicioso.

En ocasiones las vías públicas estuvieron atestadas de vehículos y el ir y venir, el acarreo de cosas que cada cual sabría para qué les eran útiles, hacían pensar no en una reapertura escalonada, sino en una apertura total.

La alta movilidad urbana a unas cuantas horas del discurso del presidente Medina lleva, sin embargo, a una pregunta: ¿la reapertura o “desescalamiento” tendrá lugar en todo el país o será sólo en el Gran Santo Domingo?

Viene a cuento la pregunta porque no todos podrán asistir a sus lugares de trabajo en un medio propio de transporte. Es conocido, por demás, el limitado alcance de los medios puestos por el Gobierno a disposición de los usuarios.

El Metro y el Teleférico, los más limitados, pueden ser objeto de algún nivel efectivo de control, con tal de que no llegue a convertirse en retranca.

La OMSA, el más extendido, tiene unidades en la capital, en Santiago y algunas en Barahona, ¿y el transporte interurbano?

Estamos, sin duda, ante un desafío y una oportunidad. El desafío de ser eficientes, la oportunidad de retomar un servicio importante, como lo es, con el nivel apropiado de supervisión de parte de la administración, que hasta hoy ha entregado el bien público y se ha olvidado de regularlo.