Bloomberg News.-Los operadores de bonos son más escépticos respecto de que Brasil podrá emerger fortalecido de su crisis económica y política en tanto los legisladores enfrentan al gobierno de la presidente Dilma Rousseff y crecen las versiones sobre un juicio político a la mandataria.
La imagen de solvencia de Brasil ha experimentado el máximo desgaste entre los mercados emergentes más grandes del mundo desde junio, cuando el grado de aprobación a la gestión de Rousseff alcanzó un bajo nivel récord y los legisladores comenzaron a rebelarse contra su programa de austeridad.
La crisis política ingresó el jueves en una nueva fase cuando los fiscales anunciaron una investigación a Luiz Inácio Lula Da Silva, el anterior presidente y mentor de Rousseff.
Operadores e inversores temen que la rebelión política, sumada a una economía en contracción, revierta los efectos del programa de austeridad de Rousseff y ponga en peligro la nota de inversión de Brasil.
Las acciones cayeron y las permutas de riesgo crediticio aumentaron esta semana en tanto una visita a Brasil de funcionarios de Moody’s Investors Service hizo surgir el fantasma de una rebaja de la calificación soberana.
Las derrotas de Rousseff se reflejan también en otros mercados de deuda.