El Partido Reformista Social Cristiano se mueve en dos frentes: el primero en torno a la suerte que correrán los dirigentes que respaldaron al excandidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano Hipólito Mejía, y que todavía se sienten ser parte de esa organización.
El otro, sobre las expectativas de algunos de sus miembros de disfrutar de cierta cuota de poder que ahora se reclama al presidente electo Danilo Medina y al Partido de la Liberación Dominicana por el apoyo ofrecido y que arrojó el 6% de las votaciones.
Lo primero
La primera presión vino por la presidencia de la Cámara de Diputados, lo que ya fue denegado con la ratificación de Abel Martínez para otro periodo de un año en la presidencia, esfumándose así la posibilidad del secretario general reformista Ramón Rogelio Genao de sustituirlo en ese cargo.
El malestar asoma
En el núcleo de dirigentes que adversa a Miguel Vargas Maldonado empiezan a surgir signos de malestar y de desintegración. Incluso hay quienes abogan porque se produzca un acercamiento para una salida que mantenga en su posición al actual presidente de la entidad política.
En medio de ese malestar hay quienes afirman que Hipólito Mejía se ha desinteresado por la continuidad del pleito. La ausencia de Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez fue interpretada como falta de interés por parte del expresidente Mejía.
