Solo unos días antes de que el avión de Ukraine International cayera cerca de Teherán y las 176 personas que iban a bordo murieran tras el impacto, un cruce de mensajes de Twitter sacó a la luz un episodio poco recordado en Occidente, pero que está muy vivo en la memoria colectiva de Irán.
El presidente Donald Trump amenazó la semana pasada con destruir 52 objetivos iraníes, en referencia a los 52 estadounidenses hechos rehenes tras la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979.
La respuesta del presidente iraní Hasán Rouhani vino con otro número de importancia histórica: 290.
«Los que se refieren al número 52 también deben recordar el número 290 #IR655. Nunca amenacen a la nación iraní», publicó en su cuenta de Twitter el lunes.
Rouhani hablaba del ataque al vuelo 655 de Iran Air, abatido en 1988 con un misil disparado desde un barco de la armada estadounidense y que dejó 290 muertos.
El cruce de Trump y Rouhani se produjo después de que Estados Unidos matara al general iraní Qasem Soleimani el 3 de enero en un ataque en Bagdad, Irak.
Soleimani era considerado el segundo hombre más importante del país, solo por detrás del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
Dos días después, a la tensión diplomática entre países se sumó la caída de otro avión. El 8 de enero, el vuelo PS752 de Ukraine International Airlines que se dirigía de Teherán a Kiev se estrelló poco después de despegar.
El sábado, el gobierno iraní admitió que lo había derribado «por error».
¿Cómo cayó el vuelo 655?
La tragedia del vuelo 655 tuvo lugar el 3 de julio de 1988, en la recta final de la guerra entre Irán e Irak, cuyo entonces líder Saddam Hussein contaba con el apoyo de EE.UU.
En medio del conflicto, el gobierno iraní estaba deteniendo en el golfo Pérsico los buques que fueran sospechosos de hacer negocios con Irak.
Y los barcos de guerra estadounidenses patrullaban el estrecho de Ormuz para proteger las principales rutas de envío en el comercio petrolero.
Aquella mañana, según un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos, un helicóptero que se elevó desde el buque estadounidense USS Vincennes en una misión de reconocimiento fue alcanzado por los disparos los barcos iraníes.
Mientras eso ocurría, en un aeropuerto cercano, ubicado en la ciudad iraní de Bandar Abbas, el Airbus A300 de Iran Air despegaba.
Había hecho una escala en la ruta entre la capital Teherán y su destino final, Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, y transportaba a 274 pasajeros, incluidos 66 niños, y 16 miembros de la tripulación.
El aeropuerto de Bandar Abbas era utilizado por la aviación civil y la militar, y según el gobierno de Estados Unidos, cuando el avión comercial fue detectado por el radar del buque USS Vincennes, los miembros de la tripulación lo confundieron con un caza iraní.
El vuelo de Iran Air volaba por el espacio aéreo iraní y seguía la ruta prevista, pero había despegado más de 20 minutos tarde. El gobierno de Estados Unidos dice que, pensando que se trataba de una amenaza, Vincennes envió una serie de advertencias al avión.
Al no obtener respuesta, el buque disparó dos misiles, derribó el avión y mató a las 290 personas que llevaba a bordo. De las víctimas, 254 eran ciudadanos iraníes.
La defensa de EE.UU.
Al día siguiente, el presidente estadounidense Ronald Reagan, quien estaba en Camp David para pasar allí el Día de la Independencia, ofreció «condolencias a los pasajeros, la tripulación y sus familias».
«Esta es una terrible tragedia humana», dijo Reagan en un comunicado.
Pero el mandatario estadounidense también expuso que el avión se dirigía hacia el USS Vincennes y que no había respondido a «repetidas advertencias».
Según Reagan, el buque estadounidense había actuado «para protegerse de un posible ataque».
Días después, y ante Naciones Unidas, el entonces vicepresidente estadounidense George H. W. Bush defendió a su país arguyendo que el ataque había sido un «incidente propio de tiempos de guerra» y que la tripulación del Vincennes había reaccionado «de manera apropiada» ante la situación.
De la misma manera, en un informe publicado el 18 de agosto de ese año, el Departamento de Defensa concluyó que no hubo conducta negligente por parte de los estadounidenses.
Y señaló también que Irán debía «compartir la responsabilidad de la tragedia» al permitir que un avión comercial volara en el área en el que se estaba produciendo el conflicto naval entre los dos países.
El peritaje de la ONU
Pero unos meses más tarde, en diciembre, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), una agencia de Naciones Unidas, publicó su propio informe.
Señaló que las advertencias de la Marina de EE.UU. para que el avión civil no se acercara a la zona de combate fueron «vagas e inapropiadas», lo que contribuyó a la tragedia.
Uno de los puntos destacados por la OACI fue la falta de equipo adecuado en los barcos de EE.UU. para monitorear las frecuencias de radio utilizadas por el control civil del tráfico aéreo, lo que habría permitido la identificación del avión de pasajeros.
Las advertencias emitidas por el USS Vincennes antes de disparar los misiles se transmitieron por canales de emergencia, la mayoría de ellos en uno militar, al que los pilotos del vuelo 655 no tenían acceso.
Aunque Estados Unidos aseguraba que el derribo del vuelo 655 fue un accidente, Irán no aceptó la explicación y acusó a Washington de actuar de forma deliberada e ilegal en aguas iraníes.
EE.UU. nunca se disculpó
Estados Unidos había cortado las relaciones diplomáticas con Irán en 1980, después de que en 1979 varios manifestantes tomaran su embajada en Teherán y retuvieran a 52 estadounidenses como rehenes durante 444 días.
«Irán no creyó que fuera un error», le dijo a BBC Brasil el historiador Abbas Milani, director del programa de Estudios Iraníes de la Universidad de Stanford, en California.
A casi un año de la tragedia, en mayo de 1989, Irán demandó a Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia. Los dos países llegaron a un acuerdo en 1996.
Estados Unidos acordó pagar US$61,8 millones a las familias de las víctimas, pero nunca admitió su responsabilidad ni se disculpó formalmente.
A pesar de su papel en la tragedia, los comandantes del USS Vincennes involucrados en el ataque recibieron medallas de honor en 1990.
«Todo esto hizo un momento muy simbólico en la historia», dice Milani.
*Fuente: BBC