Hay ciertos problemas cuya solución requiere de paciencia. Sobre todo si se trata de problemas generados en la República Dominicana, cuya solución depende de alguna instancia del Estado.
El tiempo pasa y diversos sectores de la población esperan pacientemente. Aguardan por la solución de las dificultades del sector salud, la de los problemas habitacionales, esperan años para que se asfalte un tramo de una calle o se construya un camino vecinal.
También hay comunidades que esperan por años la construcción de un acueducto, por la remodelación de un mercado sectorial; y también esperan, tienen paciencia, año tras año, por el cumplimiento de una promesa de campaña, que se hizo a principios de la presente administración.
La cuenta de todo lo que espera el pueblo, que se inicie o se solucione, es muy extensa.
No hay tiempo para hacer un informe de todas las promesas que acumula el Gobierno; y cuando se acerca a su final, pide paciencia, que serán resueltos, debido a que habrá más tiempo para seguir prometiendo y repartiendo promesas.
Todo parece indicar que la paciencia está del lado de los incumbentes de las carteras oficiales.
Tienen paciencia para ver que los problemas crecen, sin darles una solución eficaz. De todas formas, el país espera, pacientemente, que al menos el Gobierno sea capaz de resolver un problema. Uno: que desaparezcan, definitivamente, los apagones de República Dominicana.