En los últimos días se han elevado voces, incluidos algunos obispos, que exigen el cese de la compra de votos y de cédulas.
Esta práctica es vieja, que fue muy común en las primarias celebradas por el Partido de la Liberación Dominicana, según denuncias de la Fuerza del Pueblo.
Es decir, que la oferta y demanda de cédulas es un ejercicio que a nadie debe sorprender, aunque sí preocupar. Y constituye uno de los denominados delitos electorales que no se descartan pudieran producirse en las elecciones municipales de mayo, lo que limita el derecho constitucional del sufragio libre.
La Junta Central Electoral y demás instancias activadas por motivo de los comicios, como la Policía Militar Electoral, entre otros organismos, deben velar para que nadie venda su cédula ni nadie oferte la compra del voto.
La más reciente encuesta
Nunca se ha dudado la posibilidad de una segunda vuelta en los comicios presidenciales de mayo. La encuesta Gallup-Hoy evidencia que Leonel Fernández mantiene un liderazgo.