Alrededor de la 1:50 de la madrugada del lunes 20 de enero, el estruendo de un disparo retumba en el residencial Acacia II, Santo Domingo Este; acabando no solo con la calma nocturna, también con los sueños y esperanzas de una joven mujer. Un disparo que llenó de luto a una familia y que consternó al país.

Uno piensa que las calles son inseguras, pero ya no estamos seguros ni en nuestras casas. Julissa Campos Hernández, profesional, ejecutiva bancaria, madre, hija, esposa, murió de un disparo en el corazón en la sala de su hogar; le dispararon sin mediar palabras.
El director de la Policía dice: “Tengan por seguro que los responsables del asesinato de Julissa van a pagar”. Margarita Cedeño agrega: “No vamos a permitir que delincuentes y antisociales le quiten la paz a la familia dominicana”.

Estoy de acuerdo con el general y la vicepresidente, pero quisiera saber a quienes se refieren con “responsables” y “delincuentes antisociales”. Pues hay que diferenciar entre los delincuentes de arriba, y delincuentes de abajo.

Los de abajo son generalmente esos que roban para saciar sus vicios; los de arriba son los que se roban el dinero de la educación, de la creación de fuentes de trabajo, el dinero para prevenir y perseguir a los delincuentes de abajo.

Los de arriba son los que hacen que existan los de abajo.
Imaginen una gotera, que se produce por una filtración en el techo. Si el piso se moja por esa gotera y alguien resbala y se mata… ¿Dónde está el origen del problema, en el suelo o en el techo?

Así mismo, cuando somos golpeados por esa delincuencia de abajo, debemos ver dónde está su origen, donde están los verdaderos responsables. Es importante secar el piso, pero aun mas importante tapar la gotera.