*Por Elías Ruíz Matuk
Hace muchos años que la delincuencia común en la República Dominicana ha venido creciendo, especialmente, cuando se trata de asaltos callejeros, ahora en toda clase de establecimientos comerciales, como colmadones, bares, barberías y salones.
Son rateros que salen a “cazar” de día y de noche a sus “presas”, para robarles todas sus pertenencias, para lo cual escogen a sus víctimas vigiladas algunas con premeditación y otras por que en unas de sus rondas se percataron de que la persona está descuidada y por lo tanto fácil de sorprender y ser atacadas.
Afortunadamente, la mayoría de los asaltados han aprendido que es mejor entregar todos los bienes materiales que les solicitan estos malditos, porque saben que son capaces de cometer cualquier crimen sin ningún tipo de miramientos ni remordimientos.
Debido al crecimiento de la delincuencia en los últimos 25 años, los establecimientos comerciales han optado, en su mayoría por comprar cámaras de seguridad, que juntamente con los teléfonos celulares, que también sirven para los mismos fines, se han revelado la gran cantidad de robos, asaltos, algunos a mano armada, que se cometen a diario en distintas partes del país, y eso incluye a cualquier provincia o ciudad.
Es por ello que fuimos testigos de que estos delincuentes asaltaron a una embazadora de gas, pero tras un botín de un camión de valores, un colmado asaltado y atacada una mujer con un niño en brazos y una barbería en la que el individuo armado pide desde la puerta del establecimiento los bienes de los clientes que desafortunadamente estaban allí ese día.
El Gobierno, a través del Ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez, pidió paciencia, ya que había anunciado un Plan de Seguridad Ciudadana, desde la campaña proselitista, definitivamente, “no ha dado pie’ con bola” . Dicho por los mismos sectores a donde dice el ministro que están aplicando el referido plan.
Es por ello que le recomendamos a las autoridades gubernamentales, que ya basta de argumentaciones y diseños de planes sin diseño, y que se conforme lo que una vez intentó hacer Franklin Almeyda Rancier, cuando era Ministro, un plan integral que agrupe a todas las instituciones, incluso las alcaldías, las gobernaciones, el Ministerio Público, Deportes, Energía y Minas, Obras Públicas, Trabajo, por supuesto la Policía Nacional y todas las que puedan establecerse para enfrentar la delincuencia con mas inteligencia que represión.
Demostrado está que la represión no es la panacea para enfrentar la delincuencia y que la actual estrategia es mas retórica que acción.