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Del Metro a la agrimensura: Historias de mujeres que conquistan espacios

Katherine Espino Por Katherine Espino

En el corazón palpitante de Santo Domingo, donde el Metro subterráneo ruge con precisión milimétrica, María, una mujer de mirada firme, conduce un gigante de acero. Mientras tanto, en la superficie, bajo el sol que dibuja el horizonte de la ciudad, Rayda Pérez despliega planos y mide terrenos con la misma precisión, pero en un mundo de tierra y cielo. Dos mujeres, dos mundos, una misma fuerza: la de la mujer dominicana que desafía límites.

Esta es la historia de dos mujeres para quienes los trabajos no tienen un género

Marí tiene 39 años y su pasión es transportar a miles de personas todos los días a través del Metro de Santo Domingo
María tiene 39 años y su pasión es transportar a miles de personas todos los días a través del Metro de Santo Domingo

Desde niña, María Almonte soñaba con ser piloto y, aunque en el camino de los estudios prefirió la psicología, aún aguardaba en su corazón la esperanza de alguna vez hacer realidad su sueño. Es por esto que cuando ingresó al Metro de Santo Domingo, en el año 2008 como operadora, redireccionó su rumbo y no dudó en formarse para concursar y convertirse en conductora.

Narra que un cosquilleo de emoción recorrió su cuerpo al imaginar la responsabilidad de guiar el tren a través de los túneles. En ese instante, dice, supo que había encontrado su lugar.

«El área de conducción es más afín al servicio que damos, que es el de transportar a las personas a diferentes destinos», señala la María de 39 años.

Observar el flujo de pasajeros en el andén se convirtió en un ejercicio de análisis para María. Cada gesto, cada mirada, le revela un mundo de emociones y necesidades. El rugido del motor, el chirrido de los frenos y el murmullo de las conversaciones se mezclan en una sinfonía urbana que solo María puede interpretar.

El entrenamiento para dominar la conducción del Metro no solo le brindó a María las habilidades necesarias, sino que también le permitió derribar barreras y demostrar que las mujeres tienen un lugar legítimo en este espacio.

«Me siento segura porque las personas se sienten orgullosas de ver a una mujer conduciendo», comenta.

No obstante, uno de los desafíos que enfrenta a diario es la impaciencia de algunos pasajeros: «Con frecuencia ocurren averías y muchas veces los usuarios no entienden esa parte, por eso cuando el tren se detiene piensan que fue por causa del conductor».

María debe concentrarse para conducir el Metro
María debe concentrarse para conducir el Metro

Otro requisito que conlleva conducir el tren es tener la capacidad de concentración. María comenta que igual que en el exterior, en los túneles hay señales de tránsito, por lo tanto se requiere concentración para estar pendiente de las luces que permiten el flujo de vagones.

Precisión y pasión: El mundo de la agrimensura en manos de una mujer»

Mientras María domina el mundo subterráneo, en la superficie, Rayda enfrenta sus propios desafíos con la misma determinación.

Al igual que María, Rayda descubrió su pasión desde niña, pero en lugar de túneles, su mundo era la vastedad del paisaje urbano. El olor a tierra húmeda después de la lluvia, el zumbido de los insectos al atardecer, y la sensación del viento fresco en su rostro mientras medía un terreno, la llenaban de una profunda conexión con el entorno.

«Siempre me han gustado los números y la precisión. Conocí la agrimensura a muy temprana edad a través de un amigo de la familia y de inmediato me enamoré de ella», relata.

Además de su pasión por los números, Rayda cuenta que vio en la agrimensura el escenario perfecto para romper estereotipos y demostrar que la capacidad no tiene género.

Rayda ama su carrera y motiva a otras a luchar por sus sueños
Rayda ama su carrera y motiva a otras a luchar por sus sueños

Inconforme, mientras disiente con la cabeza, confiesa que a lo largo de su carrera ha tenido que esforzarse el doble para ser tomada en serio, pues ha experimentado situaciones en las que las personas no reaccionan de la misma forma cuando reciben una orden de una mujer que cuando el mandato proviene de un hombre.

Y aunque considera que cada vez hay más mujeres en el campo y se reconoce su aporte, todavía queda camino por recorrer. Con tristeza aún recuerda que hace unos años, cuando inició la carrera, la matrícula de estudiantes masculinos superaba la de las féminas.

«Apenas éramos unas dos o tres mujeres en el aula y unos 20 hombres», rememora.

Por eso Rayda no sólo aboga por la igualdad, sino que la practica. Ha participado en programas de mentoría para jóvenes agrimensoras, compartiendo su experiencia y conocimientos. Además, su precisión y profesionalismo la han llevado a liderar proyectos de gran envergadura, como la delimitación de terrenos para la construcción de viviendas sociales, contribuyendo al desarrollo de su comunidad.

Su presencia en el sector inspira a muchas jóvenes a seguir sus pasos, demostrando que la agrimensura también es un campo para mujeres. Puesto que describe que las mujeres poseen habilidades muy propias de la agrimensura, como la precisión, el análisis y la capacidad de resolver problemas.

«Las mujeres somos excelentes resolviendo problemas. Aportamos diversidad de ideas, mejoramos la eficiencia y ayudamos a romper barreras en un campo tradicionalmente dominado por hombres. Personalmente pienso que los trabajos no tienen género y nosotras podemos dedicarnos a lo que nos guste», sostiene.

Rayda dice que no pierde oportunidad para disfrutar su labor
Rayda dice que no pierde oportunidad para disfrutar su labor

En este Día Internacional de la Mujer, las historias de María y Rayda resuenan como un poderoso mensaje de empoderamiento.

Ambas, desde sus respectivos mundos, subterráneo y a cielo abierto, demuestran que no hay límites para lo que una mujer puede lograr.

Su valentía, determinación y profesionalismo son un ejemplo para las generaciones futuras, recordándonos que la igualdad de género es un camino que se construye día a día, con el esfuerzo y la pasión de mujeres como ellas.

Día Internacional de la Mujer

El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo en todo el mundo y es una fecha clave para reflexionar sobre los logros, desafíos y luchas de las mujeres en diferentes ámbitos de la sociedad.

El feminismo no es solo una lucha por las mujeres, es una lucha por la humanidad.»

– Gloria Steinem

El Día de la Mujer tiene sus raíces en las luchas obreras de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a exigir mejores condiciones laborales, derecho al voto y equidad de género. Uno de los eventos más recordados ocurrió el 8 de marzo de 1908, cuando un grupo de trabajadoras textiles en Nueva York hizo huelga para reclamar mejores salarios y condiciones dignas.

Conquista de las mujeres

A lo largo de las últimas décadas, las mujeres han logrado avances significativos en el ámbito laboral, la Organización Mundial del Trabajo se ha avanzado en la reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres: anualmente, las mujeres empleadas (incluyendo tanto a las asalariadas como a las autónomas) ganarán 77,4 centavos por cada dólar ganado por los hombres en 2024, lo que sigue siendo una brecha significativa, pero supone una mejora respecto a los 70,1 centavos de 2004.

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Katherine Espino

Periodista digital. Community Manager. Locutora.

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