Así reza el refrán cuando se trata de obtener un resultado completo y apenas se logra conseguir una pequeña parte del todo.
Como no se pudo agarrar al lobo entero, por lo menos se conforma uno con quedarse aunque sea con dos o tres pelos en el puño.
La enseñanza del refrán en cuestión se puede aplicar a la presencia, el martes pasado, de los candidatos presidenciales de los partidos políticos mayoritarios, en un almuerzo auspiciado por la Asociación de Industrias de la República Dominicana.
La AIRD se lució, sin duda, al lograr que Hipólito y Danilo se sentaran a la misma mesa, comieran lo mismo y hasta se dieran la mano y un abrazo en público, aparte de que cada uno dijera lo que les pareció mejor para sus aspiraciones. Pero esa aparición simultánea de tales personajes fue solo un pelo del lobo.
Agarrar al lobo entero debe ser la tarea siguiente y eso solo se obtendrá cuando ambos contendores se enfrenten en un debate público, contestando preguntas que la ciudadanía quiere hacerles, y no hablando cada uno por su lado.
Sin restarle méritos al evento de la AIRD, queremos ver cómo se manejan los candidatos ante preguntas reales e instantáneas, sin un discurso escrito sabe Dios por quién. ¿Será ello posible? ¿O es demasiado pedir? Danilo: ¿está de acuerdo? Hipólito: ¿está de acuerdo?