Corrían los años 80 y un niño travieso, de la mano de su padre, deleitaba a grandes y a chicos en divertidos sketch humorísticos que cubrieron toda una época.
Ese niño que creció ante las cámaras, se volvió adulto, se independizó, formó familia, diversificó en el teatro y el cine su quehacer productivo y ahora pone su atención en lo que nos preocupa como ciudadanos, en cómo contribuir con el avance y el desarrollo del país; el objetivo es devolver, en alguna medida, la generosidad que el pueblo dominicano le ha brindado en más de 3 décadas de trabajo ininterrumpidos.
Ese niño que con tan solo 4 años comenzó a volverse cotidiano en los hogares dominicanos, comparte con ustedes estas líneas.
¿Por qué la política?
La política como ciencia se involucra en los gobiernos y en las sociedades humanas; los cambios más expeditos, con voluntad y determinación pueden conseguirse a través de un ejercicio de compromiso, de seriedad y honestidad en la política.
En mi caso particular, he heredado esas inquietudes de mi padre. Su dilata carrera en los medios artísticos así como en la política han servido de soporte para que hoy comience a compartir con ustedes parte de mis pensamientos sobre los grandes temas nacionales e internacionales a través de artículos como este.
La República Dominicana vive un nuevo ciclo que debe contar con la voluntad de sus mejores hombres y mujeres. El sistema político ha sufrido importantes transformaciones con la llegada del presidente Luis Abinader al poder.
Vivimos en la actualidad en la sociedad del conocimiento, donde gracias a la utilización de mayores herramientas de comunicación y de tecnología, disponemos a su vez de múltiples ventanas para la creación y reproducción de contenido; hoy somos más analíticos, exigentes, perspicaces y buscamos respuestas más rápidas y definitivas a los problemas que nos aquejan.
Cuando hablamos de nuevo ciclo, nos referimos a cambios que vamos experimentando en todos los aspectos de nuestra vida como nación, y existen varios elementos coincidentes que hacen de la República Dominicana un país en transición; primero, en lo social, estamos viviendo en la cuarta revolución industrial, que no es más que la revolución digital, donde las tecnologías se integran con las sociedades, transformando nuestra forma de vida.
Segundo, en materia económica, la pandemia.
El Covid-19 ha modificado las prioridades, la conducta y vida de todos los ciudadanos y nos enfrentamos al gran reto de volver a comenzar, de reinsertarnos en el mercado laboral o de emprender nuevos proyectos. Una nueva vida postpandemia nos aguarda con importantes desafíos.
Tercero, la nueva realidad social y política impone que desde la conducción del Estado exista un profundo cambio en la mística y en la manera de abordar los temas más sensitivos que tenemos como sociedad, para hacer de este un Estado más moderno, apegado, cada vez mas, a valores de ética y la transparencia, innovación tecnológica, con mayor participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.
Y como cuarto elemento, la oportunidad para revitalizar el sistema de los partidos políticos, aunque hay conquistas de parte de los jóvenes y las mujeres, todavía existen limitaciones de espacios para su desarrollo, la movilidad en los cuadros dirigenciales no se produce con la celeridad deseada.
Es precisamente esta nueva generación de políticos quienes procuran y apuestan por un modelo más inclusivo, participativo y colaborativo.
El país se enfrenta al reto de convivir con una nueva realidad social, política y económica. Ante este escenario descrito, es hora de dar un paso adelante, contribuir con nuestra energía y firme propósito a que el país aumente su capacidad de generar oportunidades para los más jóvenes, a que tengamos un país más solidario para nuestra población con discapacidad y para con nuestros envejecientes.
Es el momento de todos, el país espera por sus hijos, por sus mejores ideas, por el más vigoroso espíritu de lucha y de trabajo.
Por esto y por mucho más, vamos del entretenimiento a la política.
*Por Roberto Ángel Salcedo