Ojalá no caiga en saco roto la iniciativa lanzada al aire por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) en el sentido de que se celebren debates públicos entre los candidatos a cargos electivos, para que los votantes sepan cuáles son las ofertas de cada uno de los aspirantes a permanecer durante los próximos seis años en sus codiciadas funciones.
En verdad, los políticos dominicanos cogen la cosa muy fácil. Se postulan, mandan sus notas de prensa a los periódicos diciendo lo que a ellos les conviene, van a los programas de radio y televisión que ellos mismos escogen, y evitan por todos los medios asistir a un encuentro con sus adversarios políticos, porque se saben incapaces de sostener una discusión seria sobre temas que puedan ser de verdadero interés ciudadano.
En vísperas de elecciones presidenciales, los candidatos de los diferentes partidos exponen sus programas de gobierno a través de la televisión, en los famosos almuerzos de la Cámara Americana de Comercio y en otros foros de indiscutible prestigio
pero van solos, sucesivamente, uno hoy y el otro la semana que viene, para no encontrarse frente a frente con su contendor.
La iniciativa de ANJE, en estas elecciones congresuales y municipales, de ser acogida y ejecutada, podría servir de precedente y de modelo para que, en el año 2012, los aspirantes a la Presidencia se atrevan a ir juntos a un verdadero debate de difusión nacional.
Alardeamos mucho de nuestra vocación democrática, pero ejercicios como un debate público entre candidatos aterran a nuestros políticos. Quisiera estar equivocado.