¿De qué nos hablan?

¿De qué nos hablan?

¿De qué nos hablan?

Sigo con interés y mirada reflexiva los pasos de la oposición política con la expectativa de hallar calidad e innovación en sus ejecuciones, por cuanto esto contribuye decisivamente con la cualificación de la democracia y puede dar vigencia a un elemento de presión para que todos contemos con un mejor gobierno, menos aburrido y más creativo, sobreviviendo a la crítica estructurada.

Confieso que frecuentemente me decepciono con la oposición al ver la talla del discurso, la selección temática, la frecuencia, la disciplina y el tipo de conversación –generalmente episódica- que se esfuma con el titular sensacionalista o el ‘tuit’ de ciclo corto, viajando al pretérito y al olvido a velocidad impresionante, gracias a su reducida sustancia.

Es insostenible una oposición basada en denuncias, con la misma superficialidad de ciertas “investigaciones periodísticas” de poca monta, atravesadas por la levedad del dato, sin exhibir vías de solución, propuestas inteligentes, que generen adhesión y provoquen un estado prolongado de opinión, estimulando una verdadera sed de cambio, una auténtica ruptura con el modelo gobernante.

Para situarse en una perspectiva inversa hay que estudiar, indagar, documentarse, ejercer el análisis, auscultar las mejores prácticas, consultar, crear equipos, monitorear, medir y, en fin, hacer de la política un sacerdocio, no un “part time” motivado por las urgencias materiales, que llevan a algunos entes de la oposición a abrevar en la nómina del Estado y en las contratas públicas.

Observe si alguien que no sea Antonio Almonte habla con propiedad, criticidad y armado de información sobre el sistema eléctrico.

Dígame cuántos Miguel Ceara tenemos abordando la macroeconomía, la política fiscal o si hay otros José Rijo explicando la realidad del presupuesto con una lectura distinta a la oficialista. ¿Cuántos diputados inquietos y quisquillosos como Faride Raful y Wellington Arnaud tenemos?

¿Quiénes nos hablan desde la oposición con visibilidad y constancia de infraestructura, desarrollo digital, inteligencia artificial, conectividad, banca, industria, turismo, educación, minería, formación técnica, transporte, seguridad pública, ordenamiento territorial, cultura, producción alimentaria, competencia en el mercado, defensa de los consumidores y de los usuarios o de pymes?

Son temas ausentes, ya sea por desinterés, haraganería, falta de compromiso, ausencia de portavoces o de futuros talentos para un nuevo gobierno. Parece que la oposición no trabaja para hacerse temible.



Victor Bautista

Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Egresado de la UASD como licenciado en comunicación. Ha sido alto ejecutivo de medios impresos, de TV e internet. Actualmente es socio director de Mediáticos Consultores de Comunicación.

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