Desde hace muchos años el tendido eléctrico corre sobre postes de luz de concreto, que por su altura se supone que también tienen una estructura metálica (varillas) para sostenerlos. Además, ha de suponerse que se entierran con una profundidad que les da estabilidad con la respectiva base de concreto (zapata) para que puedan lograr su cometido y resistan.
Pero llama la atención la facilidad con que estas estructuras se derrumban ante cualquier viento de intensidad moderada, cuando se entiende que deben estar estructurados para resistir. La región Este sufrió el corte del servicio eléctrico por la caída de esos postes, pero además la mayoría de las interrupciones prolongadas de las vías de acceso a las comunidades fue por la misma razón.
Los árboles eran más fáciles
Los árboles eran movidos por las mismas comunidades, pero con los postes de luz deben esperar a los técnicos. Es evidente que no se observa el rigor necesario para la construcción de los postes de luz que son vendidos a las empresas distribuidoras de electricidad o a la de transmisión a precios bastante competitivos.
