De los demás

De los demás

De los demás

Opinar o no hacerlo. Aconsejar o no hacerlo. Esto es algo a lo que nos enfrentamos en todas nuestras relaciones. Hay personas que opinan aunque no se les pregunte, generalmente lo hacen como “salvadores” y de manera incisiva, para luego lanzar ese… “te lo dije”.

Están los que dan siempre la razón al otro para no tener problemas. Luego esos amigos discretos que prefieren no meterse en temas ajenos para no tener enfrentamientos y, normalmente, solo dan sus argumentos cuando se les pregunta directamente.

Al punto que quiero llegar es que la experiencia me ha demostrado que hay que permitir que cada quien tome sus decisiones, estemos o no de acuerdo, y lo más importante estar ahí para celebrar el éxito y decir presente si la persona fracasa y necesita consuelo.

No podemos vivir la vida de los demás, pero voy más allá, no podemos pretender que los demás vivan la vida que nosotros queremos.

Lo veo a cada rato, de la forma más sutil y de la forma más controladora. Y no quiero decir que si vemos a alguien querido en una situación real de peligro o de verdaderos problemas no intervengamos.

Eso es otra casa. Me refiero a que no podemos esperar a que los demás respondan a nuestras expectativas, hagan lo que creemos es lo mejor, hay que dejar que cada uno decida, asuma y actúe.

Porque, les digo algo, bastante tiene cada uno con su propia vida para estar viviendo las ajenas, otra cosa es que que no queramos mirar hacia nosotros y usemos como excusa estar pendientes de otros.

Por eso creo que es tan, tan importante conocerse, aceptarse e intentar dentro de lo posible tener momentos de felicidad. Les aseguro que de esa manera la vida de los demás será eso, de los demás.



Etiquetas