El presidente Nouel sucumbió ante las constantes presiones de los dirigentes políticos de oposición, y decidió renunciar a la presidencia de la República. Su gobierno contaba con el respaldo de Washington, que le había autorizado concertar un préstamo de 1 millón 500 mil dólares, para que se pusiera al día con los gastos corrientes del Estado, cuya empleomanía tenía varios meses sin cobrar.
El senador José Bordas Valdés fue electo presidente en 1913. Una de las primeras medidas tomadas por su gobierno fue negociar con varios bancos el préstamo de 1.5 millones, autorizado por el gobierno de EEUU.
Horacio Vásquez y sus partidarios le declararon la guerra a Bordas Valdés debido a que este le había quitado la administración del ferrocarril Sánchez-La Vega, que era la mayor fuente de sus ingresos. Esta sublevación fue bautizada con el nombre de “Revolución del Ferrocarril”.
Washington le hizo saber a Horacio Vásquez que no reconocería un gobierno de facto presidido por él, y que no le darían la parte que le correspondería de las recaudaciones aduanales.
Ante tales amenazas, los horacistas depusieron las armas y se sometieron a las garantías estadounidenses de que se celebrarían unas elecciones libres y limpias, en la cual se iban a elegir los funcionarios municipales y los diputados que prepararían las elecciones a celebrarse a mediados de 1914.
El inicio del año 1914 fue muy difícil para el gobierno de Bordas Valdés, pues este carecía de recursos económicos para cubrir los sueldos de sus empleados, lo cual motivó que los congresistas amenazaran con no volver a sus curules si el gobierno no les pagaba.
Por órdenes del Departamento de Estado de EEUU, Bordas Valdés recibió en avance 40 mil dólares de los ingresos aduanales. A cambio de que el gobierno de Bordas utilizara 1 millón 200 mil dólares en bonos no vendidos de un empréstito anterior, el gobierno de Estados Unidos nombró un Contralor estadounidense para supervisar el presupuesto y todos los gastos del gobierno dominicano.
Las promesas de efectuar las elecciones para junio de 1914 fueron incumplidas, y los horacistas se levantaron en armas, obligando al gobierno de Bordas Valdés a realizar las elecciones, que resultaron muy amañadas, y de la cual Bordas salió victorioso.
Esas elecciones fraudulentas trajeron como consecuencia la unificación de todos los partidos, los cuales se lanzaron a la lucha armada contra el gobierno de Bordas Valdés en todo el territorio nacional.
El gobierno de Estados Unidos, presidido por Woodrow Wilson, amenazó a las partes contendientes que si no se acogían a la propuesta enviada por el presidente Wilson, vía una comisión mediadora, el gobierno de Estados Unidos enviaría la infantería de Marina para proteger sus intereses en República Dominicana.
La propuesta del presidente estadounidense, llamada Plan Wilson, planteaba que las partes contendientes tenían que deponer las armas, ponerse de acuerdo y elegir un gobierno provisional. De lo contrario, los Estados Unidos elegirían un presidente al cual sostendrían con sus fuerzas armadas. El presidente electo provisionalmente organizaría las elecciones, que serian supervisadas por Estados Unidos. El gobierno elegido debía ser respetado por los perdedores, quienes tendrían que renunciar al uso de las armas con fines golpistas.