Hace poco el Banco Interamericano de Desarrollo dio a conocer el número de personas que morirán en 2025 en accidentes de tráfico en América Latina y el Caribe; y esa cantidad –que sobrepasará las 450 mil personas– produce grima.
Son informaciones que formarán parte de los contenidos, conferencias y mesas de diálogo del Primer Congreso Iberoamericano de Seguridad Vial que se celebrará en Madrid a mediados de este mes.
A través de este y otras actividades, la región busca reducir a la mitad las muertes por accidentes de circulación. O sea, que de todas formas tendremos una población de 250 mil personas que morirán por esta causa.
Nada halagüeño y que dice mucho de lo poco que avanzaremos en materia de educación y formación vial. Un dato que incide en la alta ocurrencia de accidentes es que solo un 57 por ciento de los países de la región exige que los ocupantes del automóvil lleven cinturón de seguridad.
El país no está fuera de estas cifras, ya que tenemos una alta tasa de muertes correspondientes a accidentes de tránsito. Incluidos los que sobreviven y quedan con impedimentos físicos que los acompañan toda la vida.
Desafortunadamente, estamos entre las naciones con menos educación en esta materia. Esperemos que las informaciones que ofrece el Banco Interamericano de Desarrollo tengan alguna incidencia en decisiones y políticas que deberán tomar nuestras autoridades.
