Dato para la reflexión

Dato para la reflexión

Dato para la reflexión

El embarazo de una adolescente, un período de la vida comprendido entre los 13 y los 18 años según la ley dominicana, es un indicio de precariedad social.

Es muy difícil que después de embarazarse una adolescente de 16 años esté de vuelva a la escuela y complete una preparación adecuada para la vida. Esto, sin duda, puede llegar a ser una tragedia.

A los que atraviesan este rango de edad se les supone incapacidades relacionadas con la toma de decisiones inteligentes sobre asuntos como procrear. Se les supone, además, carencias materiales, y acaso orgánicas, que en algunos casos desaconsejan un embarazo y en otro lo prohíben, como lo hace la ley.

Pero sucede que una parte notable de la población adolescente dominicana, el 23 por ciento en el rango edad señalado, se está embarazando y esto, que es alarmante, ocurre concomitantemente con muchos otros índices del bienestar de los que todos los días recibimos noticias, entre ellos el del crecimiento de la economía, el éxito de las exportaciones, el ingreso creciente de turistas y notables inversiones en obras públicas.

Este dato desalentador salió a la luz en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, por uno de los integrantes de la Coalición de Organizaciones no Gubernamentales de Infancia (Coalición ONG).

Según las palabras del señor Marlon Herrera, director de la Coalición y miembro de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, este indicador, el más alto de Latinoamérica, está estrechamente relacionado con la pobreza; aquella que se manifiesta como falta o carencia de ingesta de calidad y cantidad suficientes; carencias importantes como la del padre o la madre; falta de un hogar funcional y de una cadena educativa como la que integran la familia, el vecindario, las instituciones comunales y la escuela.

Hay que dedicar especial atención a lo que ocurre en la base de la sociedad dominicana, antes de que el rescate sea poco menos que imposible.



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