Llama la atención la secuencia de accidentes o sucesos con el fuego de por medio y un significativo número de muertes que se han producido desde el año pasado; el primero de ellos ocurrió a mediados de agosto en San Cristóbal, donde una explosión en la parte urbana se saldó con una treintena de muertes y daños materiales de consideración.
Un segundo suceso ocurrió en Salcedo en medio de la celebración de una vistosa demostración de carnaval en la cual fuegos artificiales alcanzaron e incendiaron los trajes de varias personas, entre niños, adolescentes y adultos, de los cuales se han producido hasta el momento ocho muertes y otros permanecen bajo el cuidado de médicos en centros de atención especializados.
El último de estos siniestros ocurrió el lunes pasado en la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
Insuficientes
Además de la curiosidad que representa esta secuencia de daños y muertes causados por incendios, parece oportuno llamar la atención sobre la carencia de un hospital especializado y debidamente equipado para atender estos casos. Las unidades para atender a quemados parecen insufientes.