Leonel Fernández está tirado a la calle al medio buscando apoyo, como si se tratara de un candidato en las últimas semanas de la campaña.
Su equipo político divulga todas las actividades que puedan tener algún tinte proselitista.
Sin embargo, sus adversarios internos no se están tranquilos. Así como el leonelismo tiene un intenso activismo, en el danilismo hay un gran “laboratorismo”.
Cada acción del grupo de Leonel es seguida de cerca y de inmediato provoca reuniones locales para “analizar y comentar”.
El círculo cercano de Danilo Medina jura y perjura que no habrá reelección, pero pocos le creen.
Todos los que fueron “precandidatos” en el proceso anterior, distintos a Leonel Fernández, hoy prácticamente no aparecen en las encuestas, lo que ha dificultado sacarle un delfín del oficialismo al expresidente.
El horno en el PLD no está para galletitas, pero hasta ahora parece solo hay dos pasteleros.
Margarita Cedeño tiene buena clientela y así sale a relucir en todas las encuestas, pero se le ha dificultado montar su tienda.
Un dato consistente es que sus números salen siempre mejores que los de su consorte y se turna preferencias con Danilo Medina.
Margarita Cedeño tiene dos amarras con las que tiene que lidiar cotidianamente: ser la Vicepresidenta de alguien que ha convencido a pocos de que realmente no intentará reelegirse y ser esposa de un expresidente que está tirado a la calle al medio en busca de la candidatura de su partido.
La situación del PLD, a medida que pase el tiempo, se irá complicando más.