Bruselas.-Los líderes de América Central y de las instituciones de la Unión Europea (UE) celebraron ayer una reunión en la que subrayaron la importancia de su relación comercial y de que se ratifique plenamente el acuerdo de asociación entre las dos regiones, así como de la seguridad para lograr desarrollo.

En un comunicado, las partes destacaron que esta fue la primera reunión de estas características en la que participó la República Dominicana como miembro pleno del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Los líderes de la región se encontraron con los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, así como con la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, con ocasión de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

En la reunión se reiteró el llamamiento a los Estados miembros que aún no han ratificado el acuerdo de asociación entre la UE y seis Estados centroamericanos (Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala) a que “completen los procedimientos para su pronta y total entrada en vigor”.

Actualmente, sólo el pilar comercial del pacto está en vigor hasta que los parlamentos nacionales de los veintiocho países comunitarios aprueben en su totalidad la aplicación de los otros dos, relacionados con la cooperación y el diálogo político.

La parte comercial

Tanto el SICA como la UE mostraron su satisfacción por la implementación de la parte comercial, “por su impacto en las relaciones entre ambas regiones” y la promoción del “desarrollo social, económico y comercial”.

Además, resaltaron la voluntad política del SICA de “avanzar gradual y progresivamente hacia una unión aduanera”.

Por otra parte, señalaron la importancia de que la planificación, concesión de recursos y la implementación del programa plurianual de la UE para la región en el periodo 2014-2020, que asciende a 120 millones de euros, “responda a verdaderas prioridades regionales».

Los asuntos de actualidad en la cumbre

En la cumbre se abordaron asuntos de actualidad, como la apertura de Cuba o la situación en Venezuela, que fue el punto que más costó acordar a los líderes de una y otra región.

Sobre Venezuela, la declaración reitera el rechazo de las partes “a las medidas coercitivas de carácter unilateral con efecto extraterritorial, que son contrarias al derecho internacional”, sin hacer mención directa al decreto por el que EEUU consideró a ese país una amenaza para su seguridad, como pedían Caracas y otras naciones latinoamericanas.